Zakarías H. M., el joven marroquí vecino de Zaragoza que fue detenido hasta en dos ocasiones, una de ellas menor, por conquistar mujeres, atracarlas e intentar matarlas para eliminar todas las pruebas ha cambiado su modus operandi. Su paso por la cárcel, de forma provisional debido a que está a la espera de sentarse en el banquillo por su último affaire, parece que le ha hecho cambiar parcialmente y dejar de actuar de esa manera tan violenta.

El Cuerpo Nacional de Policía le detuvo ayer por participar, junto a otro joven de 22 años, P. A. C. por la sustracción del dinero que había en la caja registradora del bar El Rincón de Goya, situado en la avenida del pintor aragonés que da nombre a este establecimiento. Además de ese dinero también se llevaron, según fuentes policiales, el frasco con las propinas que había sobre la barra del bar. En total, 700 euros.

Para acceder al interior del local tuvieron que romper el cristal de una de las puertas de acceso al mismo. En cuestión de segundos cogieron el botín y se marcharon del lugar antes de que varias dotaciones policiales fueran movilizadas al activarse la alarma de seguridad.

Este arresto se produce dos meses después de que fuera sorprendido por la Policía Nacional tratando de forzar, por la noche, unas oficinas situadas en la calle Don Pedro de Luna. Dos días antes, este joven, de 20 años, había atracado a una mujer por la calle. la víctima conocía al autor de vista y sabía su nombre, aunque no mantenía ningún tipo de relación con este. Durante las investigaciones, los agentes esclarecieron que era el autor de un robo en una consulta médica en la calle Ramón Campoamor, de donde sustrajo diverso material informático, una cámara de fotos y dinero en efectivo. Tras declarar en el juzgado quedó en libertad provisional, a pesar de que tiene casi una cuerentena de antecedentes policiales en su haber.

El caso más grave, como mayor de edad, ocurrió en mayo del 2016 en la calle Cantín y Gamboa de la capital aragonesa. A las 19.15 horas, la sala del 091 de la Policía Nacional recibía un aviso de un viandante en el que se señalaba que una mujer se había precipitado desde la ventana y que estaba gravemente herida en la calle. En un primer momento todo apuntaba a un intento de suicidio, si bien los agentes pudieron descubrir, en días posteriores, que había alguien dentro de esa vivienda.

Cuando entraron, según adelantó este diario, la Policía halló a tres jóvenes en el interior del domicilio: Zakarías H. M., junto a su hermano menor de edad y la novia de este. Pretendían robarle. Los tres fueron arrestados en ese mismo momento, si bien los agentes decidieron esperar a que la víctima saliera del estado de gravedad en el que permanecía ingresada. No fue hasta el 6 de junio cuando la vida de esta mujer dejó de correr peligro y el Grupo de Homicidios tomó declaración a la víctima.

La mujer rápidamente reconoció a Zakarías H. M. a quien acusó de violarla en su vivienda y que luego la arrojó por la ventana. Aseguró que no tenía ninguna duda al respecto porque se habían conocido antes en un bar.

La versión del joven fue que llevaba cinco días viviendo de alquiler en ese piso, aunque sin contrato. Aseguró que la noche en que fue encontrada la mujer él se había ido a dormir a casa de sus padres en Las Delicias. Rechazó que la agrediera sexualmente y dijo, para justificarse, que tenía tres novias con las que mantener relaciones cuando quisiera. La Brigada de Policía Científica halló sus huellas en la ventana por la que cayó la mujer.

Hecho similar

Zakarías H. M. ya cometió algo similar en junio del año 2015. En aquella ocasión cuando era menor. Tras casi tres meses de investigación, la Policía descubrió que prendió fuego el principal C del número 23 de la calle Cisneros, tras agredir sexualmente a la joven, robarle todas sus pertenencias y abandonarla dormida dentro de la vivienda. La víctima sufrió quemaduras en casi un 30% de su cuerpo y todavía permanece hospitalizada, lo que retrasó las pesquisas. Sin embargo, cuando se recuperó, esta mujer también le señaló.

Los hechos ocurieron cuando el joven abordó a la chica en la calle pasada la medianoche, después de que esta se despidiera de unos amigos. Al parecer, ella accedió a acompañarle hasta el piso, que lo okupaba otro hombre que fue arrestado en aquel momento. Zakarías H. M. inició un incendio con dos focos: uno en la habitación donde dormía la víctima y el segundo, en el salón del inmueble. Este último estaba junto a la puerta de salida, lo que, en caso de que llegara a despertarse, habría impedido a la chica abandonar la vivienda. Por ello, al ser menor, no pisó la cárcel.