El acceso al pabellón de Cataluña sumerge al visitante directamente en la temática del agua. Una cascada de seis metros de altura, formada por 500 botellas de agua de todo el mundo, da la bienvenida y obliga a pasar por debajo para recorrer el interior de la muestra de la comunidad vecina. La escultura, diseñada por el arquitecto Laurent Godel, sugiere el nacimiento de un río que fluye desde el techo, gracias a la cesión de una muestra de la colección centenaria de los laboratorios Oliver Rodés, que cuenta con 5.000 envases procedentes de 120 países.

La representación incluye envases que datan de 1902 hasta la actualidad, algunos de las cuales son ejemplares únicos por su forma, marcas en relieve o características especiales y que ahora han sido expuestas de forma espectacular. "El fondo de la cascada es negro y se ven las botellas de agua envasada, como flotando en el aire, iluminadas cada una de ellas desde abajo. La verdad es que el efecto es sorprendente", reconoció ayer Jorge Oliver Rodés, director general del Laboratorio Dr. Oliver Rodés, y que estos días ha supervisado personalmente los trabajos de montaje que ayer concluyeron, junto con su padre, uno de los impulsores de la colección familiar.

"Las botellas más antiguas están relacionadas con los balnearios y las aguas mineromedicinales. La gente que acudía a estas terapias en 1920 quería llevarse agua a su casa. Y así empezó el envasado de agua", explica Jordi Oliver Rodés, director general de los laboratorios de su familia. "Para nosotros representa el máximo reconocimiento que puede tener la colección al ser una Exposición Internacional de repercusión mundial, y especialmente ésta cuya temática es el agua. La colección de botellas es la máxima expresión de la vinculación del laboratorio y concretamente de mi padre, de mi abuelo y bisabuelo con el mundo del agua", insiste ahora el biznieto del fundador.

Y es que cuando en 1902 el doctor Benito Oliver Rodés empezó a analizar las primeras botellas de agua, seguramente no podría imaginarse que cien años después, algunos de los envases analizados por su laboratorio se mostrarían en una Exposición Universal, como la que comienza ahora en la capital aragonesa. "Mi bisabuelo comenzó a guardar algunos envases con algunos desperfectos, y siguió mi abuelo, pero el que realmente comenzó a coleccionar más en serio fue mi padre, en los años 60 y 70". En la actualidad, el laboratorio Dr. Oliver Rodés trabaja para cientos de empresas de toda Europa relacionadas con el sector de las aguas envasadas, el farmacéutico y el control de aguas residuales. Desde su fundación, el centro se ha convertido en la principal autoridad en el análisis de aguas envasadas y mineromedicinales. Las botellas reunidas se presentan en envases de vidrio, de materiales plásticos o tetrabrick. Algunas de ellas son ejemplares únicos, ya sea por su forma, sus marcas en relieve o por sus características.