Casi una treintena de agrupaciones ecologistas, plataformas y comunidades de regantes de la cuenca del Ebro se han unido para apoyar la ejecución de un plan de gestión integral de los sedimentos para la cuenca en conjunto.

El grupo, en un comunicado, ha celebrado la aprobación de una proposición no de ley en la Comisión de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca del Congreso de los Diputados entre cuyos objetivos está la aprobación de este plan de gestión integral de gestión.

Las entidades firmantes, que también apoyan la propuesta de dicho plan presentada a los diferentes grupos políticos del Parlamento de Cataluña por la Campanya pels Sediments, han solicitado a todos los grupos políticos del resto de comunidades autónomas de la cuenca del Ebro que trabajen, junto a la Confederación Hidrográfica del Ebro, por un "plan de gestión de sedimentos modélico que sirva de ejemplo al resto de demarcaciones hidrográficas del estado español".

Se trata en total de 29 entidades que han mostrado su "apoyo rotundo" a cualquier iniciativa cuyo objetivo sea la gestión adecuada y sostenible de los ecosistemas acuáticos de la demarcación del Ebro, basada en una visión de unidad de cuenca.

Las organizaciones han asegurado que esta iniciativa refleja "el amplio consenso político, social y científico existente en la actualidad respecto a la inadecuada gestión de los sedimentos a escala de cuenca".

Una situación que, según las propias organizaciones, está poniendo en peligro el patrimonio medioambiental que atesora la cuenca del Ebro, por lo que han considerado que trabajar bajo la unidad de cuenca es el "único camino para plantear mejoras a largo plazo dirigidas a estabilizar el régimen sedimentario".

Las organizaciones firmantes han anunciado que pedirán a la Confederación Hidrográfica del Ebro y a las comunidades autónomas que el futuro Plan de Gestión Integral de Sedimentos de la Cuenca del Ebro tenga en cuenta todas las variables relacionadas con el balance sedimentario de la cuenca.

Variables entre las que han citado el transporte de sedimentos, la sostenibilidad de los ecosistemas costeros, el régimen hidrodinámico fluvial de la liberación de caudales de los embalses con atención a los "caudales sólidos", el efecto de las infraestructuras en los desequilibrios de los procesos de erosión o la protección de los bosques fluviales y el control y restricción.

Además, han defendido que es necesario que los mecanismos de las presas se mantengan en buen estado y se usen regularmente (especialmente los sistemas de desagüe) para posibilitar que los sedimentos puedan movilizarse por todos los cauces y llegar al Delta del Ebro.

En este sentido, han señalado que la adecuada gestión de los sedimentos permitiría que los embalses no se colmaten y, por lo tanto, se evitaría que se proyecten nuevos embalses, "inundando más pueblos, tierras y ecosistemas, que agravarían el cambio climático".