El director de la Agencia del Agua de Castilla-La Mancha, Antonio Luengo, planteó ayer que cada cuenca hidrológica ajuste sus necesidades y demandas a los recursos que tiene, para la consecución de un Pacto Nacional del Agua.

Luengo ha transmitido este planteamiento a la directora general del Agua del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama), Liana Ardiles, en el marco de la ronda de contactos puesta en marcha por el Ministerio para avanzar en el proceso de debate que dé lugar a un Pacto Nacional del Agua, ha indicado en una nota de prensa la Consejería de Fomento.

"Lo que no pueden hacer los planes hidrológicos de cada una de las cuencas es remitirse al Plan Hidrológico Nacional, porque nos resultaría absurdo si al final todas dicen que son deficitarias", ha considerado Luengo, quien se ha preguntado: "¿A dónde se van a remitir todas para la satisfacción de sus demandas?".

En la reunión con Ardiles, Luengo ha dicho a la directora general del Agua del Mapama que "el agua es un bien cada vez más escaso y que tiene una influencia climática cada vez mayor porque hay un déficit importante".

Sobre la satisfacción de las demandas, Luengo ha señalado que en el Pacto Nacional del Agua se pretende "establecer una especie de catálogo con los trasvases establecidos por ley para que en la planificación hidrológica nacional se contengan las cuestiones importantes que tengan que incorporar la Ley del Agua".

Y en relación a los planes de sequía, Luengo ha considerado que es necesario un "consenso" para encontrar una situación de regulación.

Luengo ha puesto también sobre la mesa la cuestión de las infraestructuras que habrá que realizar para paliar el déficit y "ver si es inevitable".

En este sentido, ha apuntado que "hay algunas que para Castilla-La Mancha son importantes en cuanto al abastecimiento de agua potable a poblaciones de zonas como el Alto Guadiana".

Asimismo, ha abogado por que se intente solucionar el problema en el centro de intercambio de recursos y, al respecto, ha opinado que "debe de ser el Ministerio el que tome la iniciativa en el reparto del agua, porque solo la Administración puede hacerlo de forma ecuánime y no a través de la compraventa privada".

En cuanto a los objetivos medioambientales, Ardiles y Luengo han tratado los sistemas de depuración y de los caudales ecológicos, con especial atención a los ríos Ebro y Tajo, para que se lleven a cabo unas líneas generales para la gestión de los espacios emblemáticos.

También ha propuesto el establecimiento de fondos comunitarios para gestionar, a través de una guía de buenas prácticas, las ayudas en caso de las inundaciones urbanas, tanto en lo que se refiere a las medidas medioambientales ligadas al cambio climático, como las medidas estructurales para poner en marcha infraestructuras que puedan evitar riesgos.

Se ha referido además a la cuestión de la gobernanza del agua, sobre la que el Ministerio "quiere oír los procedimientos para mejorar cada día la administración del agua y así poder establecer un sistema de recuperación de costes con carácter ambiental para aquellos que utilizan el agua y la devuelven en condiciones precarias".