El servicio de extinción de la provincia de Huesca ha sido tradicionalmente el peor valorado por los profesionales de Aragón, mientras el de la DPZ quedaba relativamente bien parado en los análisis. Sin embargo, también existía cierto malestar por la falta de plantilla que estalló a raíz de la reapertura del parque del Burgo de Ebro, a comienzos de este mes. La activación en sí, máxime cuando llevaba tiempo construido y sin servicio continuado, no la discute nadie, pero sí la forma en que se ha hecho, detrayendo un bombero del turno de Caspe y otro de La Almunia, sin incorporar personal. Las asociaciones también criticaron que se hiciera por «decretazo» del presidente Sánchez Quero, y plantearon dejar de hacer horas extra voluntarias, aunque la medida está teniendo una aceptación desigual. Entienden que la oposición que anunció la DPZ se limita a consolidar plazas de interino, sin incorporación real de efectivos necesarios.