El futuro grado de Lenguas Modernas, que en estos momentos está en proceso de estudio y tramitación, pero todavía no se ha enviado a la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA), no contempla la enseñanza del catalán.

La enseñanza de este idioma queda restringido en la Universidad de Zaragoza a una única asignatura de Filología Hispánica. Y eso a pesar de que en la futura Ley de Lenguas se dice que la institución de educación superior deberá fomentar el aprendizaje de catalán y aragonés.

El argumento esgrimido por el rectorado para justificar la exclusión del catalán es que el grado de Lenguas Modernas se centra en idiomas extranjeros. Aunque la memoria de verificación de este título todavía no está terminada, finalmente quedará configurada sin dar cabida al catalán. Se cambia, de esta forma, el planteamiento inicial en el que se contemplaba ofertarlo con carácter optativo.

Así pues, el catalán en la Universidad de Zaragoza solo se enseña en el marco del título de Filología Hispánica. Este idioma puede aprenderse como segunda lengua en el ámbito de esta licenciatura. Es decir, que en el campus al catalán, a pesar de ser considerada una lengua propia de Aragón en la norma que se está tramitando en las Cortes, se le otorga un papel secundario. Una circunstancia que un futuro, una vez se aplique la norma legal, deberá cambiar.

Peor es todavía la situación del aragonés. Al no contar con una gramática ni tener una normativa, no es sencilla su enseñanza en el ámbito académico de la universidad. A pesar de ello, se oferta una asignatura optativa titulada Filología Aragonesa en la que se aporta una la visión "histórica del dialecto aragonés". Pero ello se atiende, según figura en la programación de la materia, tanto a los aspectos externos como a su evolución interna.

EL ALTO ARAGÓN Además, dentro de esta misma asignatura figura un apartado centrado en el habla del Alto Aragón que hará referencia a las variedades. De todas formas, más que la enseñanza del aragonés se trata de una materia que pone el énfasis en la evolución de las lenguas de la comunidad en un marco histórico.

Con la Ley de Lenguas, la universidad deberá poner en marcha más asignaturas en las que se enseñe y den a conocer tanto el catalán como el aragonés y sus diferentes variedades. Un aspecto que en la actualidad solo puede plantearse a largo plazo, y una vez la aplicación de la norma sea una realidad, algo que no sucederá hasta un plazo mínimo de tres años. Para entonces, deberán tener una papel más notable.