Aranda de Moncayo revivió ayer uno de los momentos más emotivos para aquellos que dedicaron su vida al pastoreo. Casi 60 jinetes y más de 30 senderistas que les acompañaron a pie participaron en una nueva edición de la trashumancia a caballo, una iniciativa con la que este pequeño municipio recuerda a los pastores que movían su ganado en busca de nuevos pastos.

Durante más de dos horas, jinetes y senderistas condujeron durante más de 8 kilómetros a las reses por los caminos y montes desde las inmediaciones del embalse de Maidevera, donde recogieron al ganado: un rebaño de vacas avileñas totalmente mansas.

La actividad se desarrolló dentro de la concentración de caballistas que desde hace 12 años se celebra y que organizada por la Asociación Cultural y Deportiva Aranda Ecuestre. Se trata de un encuentro consolidado al que acuden jinetes de toda España. Este año, por ejemplo, ha habido caballistas de Lérida, Soria, Guadalajara y de todas las comarcas de de la provincia zaragozana.

La primera conducción de ganado tuvo lugar en el 2013. Un año después, se añadió un encuentro senderista para acompañar a los jinetes a pie. Desde entonces, cada edición es un éxito en participación y en afluencia, ya que se trata de todo un espectáculo.