La semana pasada se estrenó el nuevo método para asignar las plazas escolares y ya hay reclamaciones denunciando que tampoco ofrece las mismas probabilidades a todos.

Mi hijo y todos los aspirantes con el número 1 en la centena que participaron en el sorteo de plazas celebrado en el colegio Romareda no han tenido las mismas posibilidades que el resto. Yo no hablo de mala suerte, sino del principio de igualdad de oportunidades para todos, puesto que el nuevo método vuelve a discriminar a unos y favorecer a otros". La queja es de César Loris, que ya ha presentado una reclamación en Educación por "incumplimiento del principio de igualdad" en la designación de plaza en el centro escolar elegido. "No entiendo cómo se ha vuelto a caer en el mismo error de probabilidades", asegura.

Y es que la Universidad de Zaragoza ha sido la encargada de diseñar este nuevo sistema de designación, que se estrenó por primera vez el pasado miércoles. Un procedimiento que pretende corregir, precisamente, la desigualdad que se demostró existía con las letras de los apellidos.

El problema que César plantea es el siguiente. El centro ha recibido 124 solicitudes para 108 plazas. Y a su hijo se le asigna el número 112. Se sacan las centenas de entre dos bolas (el 0 y el 1) y sale el 1. Y para las decenas se meten diez bolas, del 0 al 9. Sale el 4, se anula y se empieza de nuevo. "Es decir, que si sale el número 1 en la centena, mi hijo tiene un 70% de probabilidades de que se anule. Mientras que si sale el 0, prácticamente tiene ya asegurada la plaza", dice.

Comienza el segundo sorteo y sale 0 en la centena, con lo que, salvo el 000, no se anula. "En este momento, ya existe un número que tiene el 99% de posibilidades de estar dentro, como es el 099", insiste.

Por ello, este padre se pregunta por qué no se han introducido 124 bolas y se ha sacado una, tal y como, asegura, recoge uno de los puntos de la orden que dicta las reglas de dicho sorteo. "Porque no me digan que mi hijo se ha quedado fuera por no comprar 124 bolas", enfatiza.

César y su mujer tienen dos hijos. El mayor es el que opta ahora a una plaza escolar, y la niña lo hará un curso más tarde. En cuanto a las razones por las que eligieron Romareda, alegan varios motivos. Ambos son antiguos alumnos del centro, entonces un colegio privado, y continúan muy vinculados al mismo. Pero, además de confiar en la educación que brinda este centro, también residen muy cerca.

Sin embargo, no saben dónde irá a parar este niño, dado que, intuyen, tampoco tendrá plaza en el resto de colegios donde lo han solicitado como segunda y tercera preferencia. Las listas provisionales se publican mañana y las definitivas, el 11 de mayo. "Romareda nos permitía conciliar la vida laboral y la familiar. Pero desde el momento en el que se leyeron las bases del sorteo, antes del mismo ya sabíamos que prácticamente era imposible que con el número asignado saliera elegido", alega este padre, para quien se ha roto "la ilusión de nuestra familia, la idea de transmitir la educación elegida y la conciliación de nuestras vidas laborales".

Por otro lado, César lamenta que se haya tenido que enterar por la prensa, y después de celebrarse el sorteo, de la ampliación de un nuevo aula en el colegio de Montecanal. "En este centro nos informaron que había dos aulas y 121 solicitudes, por lo que optamos, como primera opción, por el que tuviera más probabilidades. Y ahora me entero que los datos cambian. ¿Es esto igualdad para todos?", se pregunta. Ahora, pide responsabilidades y una solución.