La Confederación General del Trabajo (CGT) denunció ayer la falta de ejecución de los compromisos con el patrimonio de Ruesta tras el derrumbe, el pasado 27 de diciembre, del techo de la iglesia de Santa María, y anunció movilizaciones para exigir actuaciones para su protección.

Ruesta es un pueblo que quedó abandonado en los años 60 del pasado siglo al verse afectadas sus tierras por la construcción del embalse de Yesa. Desde entonces, sus edificios se han visto sometidos a un continuo proceso de degradación que ha acabado dejándolos en ruinas.

Por su parte, Izquierda Unida reclamó la urgente intervención en la recuperación del templo. Su portavoz en las Cortes de Aragón, Patricia Luquin, recordó que esta iglesia renacentista pertenece al conocido como conjunto de Ruesta y se halla al pie del tramo aragonés del Camino de Santiago.

En su variante del camino francés, que es Patrimonio de la Humanidad desde 1993, existe una declaración que conlleva la protección tanto del camino físico como de los elementos considerados de Bien de Interés Cultural (BIC) que se encuentran en las aldeas, villas y ciudades por las que discurre. «A pesar de contar con una figura de protección, los años de desidia y abandono están a punto de acabar con este edificio, que es propiedad de la Confederación Hidrográfica del Ebro», denunció la diputada.