La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ha archivado, sin imponer ninguna sanción al no detectar irregularidades, el expediente abierto a la central nuclear de Garoña tras haber presentado Greenpeace una denuncia en la que aseguraba que sus vertidos provocaban un calentamiento excesivo del agua del río entre Miranda y el embalse de Sobrón.

La organización ecologista sostenía que la central, explotada por Nuclenor, estaba provocando aumentos de la temperatura del agua de hasta diez grados, lo que podría provocar desequilibrios en la flora y la fauna de su ecosistema fluvial. Los conservacionistas se basaban en las mediciones efectuadas por una consultora independiente.

Sin embargo, la investigación desarrollada por la CHE descarta que la central nuclear esté vulnerando su autorización de vertido.

Greenpeace presentó también una denuncia ante la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Zaragoza. El ministerio público abrió unas diligencias que fueron archivadas tras desarrollar una investigación que concluyó que la gestión de la central nuclear y sus efectos sobre el Ebro no constituían un delito ambiental.