La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) inició ayer los trabajos para implantar elementos de control y referencia en los perímetros de seguridad para la protección de los núcleos urbano de Alcalá de Ebro, Pina de Ebro, Cabañas de Ebro y Pradilla de Ebro en situaciones de avenida.

Este proyecto se une a otro similar, en ejecución desde hace un mes en otras dos poblaciones ribereñas zaragozanas, Boquiñeni y Novillas. Estos trabajos forman parte de un protocolo de defensa ante las avenidas dirigido alestudio y preparación de los perímetros respecto a la previsión de inundación yconsisten en la colocación de diversos hitos para la identificación de los niveles de la lámina de agua con referencias físicas estables.

Este protocolo es fruto de un estudio pormenorizado de las defensas de los núcleos urbanosrealizado por la Confederación del Ebro tras las crecidas registradas en 2013, 2015 y 2016 en el Tramo Medio del Ebro, que puso de manifiesto la vulnerabilidad de estas infraestructuras ante eventos extraordinarios.

El proyecto también incluye la nivelación de los perímetros de protección y la adecuación de las infraestructuras y mecanismos de cierre que facilitarán el seguimiento de los niveles de avenida en los perímetros, una mejor transmisión de los datos y ayuda a la toma de decisiones. En total, estos trabajos suponen una inversión de 43.695 euros.

La Confederación del Ebro recientemente ha finalizado otros dos proyectos en la localidad de Boquiñeni, centrados en la reparación de los daños ocasionados durante las avenidas registradas en enero de 2017en las motas perimetral y de aguas abajo del núcleo urbano.

Los hitos están fabricados con tubo metálico galvanizado de dos metros de longitud. En cuanto a su ubicación, se colocarán en puntos sensibles, con especial incidencia del río, y visibles de las motas e infraestructuras que integran los perímetros de seguridad e irán nivelados respecto a la escala existente en la estación de aforo de la CHE.

A través de este sistema, se podrá conocer el resguardo hasta el nivel de desbordamiento del río en una zona concreta y la constatación física de los niveles previstos con los niveles reales alcanzados en cada una de las fases de la crecida.