La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) quitó ayer importancia al nuevo deslizamiento registrado en la ladera derecha del embalse de Yesa, en la zona de obras de la presa, pero se apresuró a subrayar que realizará una acción de saneamiento y excavación. De esta forma, el organismo de cuenca salió al paso de las críticas que ha recibido de los opositores al recrecimiento del pantano, que han denunciado la "inseguridad" de los trabajos y han recordado los peligros que suponen para la población asentada río abajo.

El movimiento de tierras, precisó la CHE, se ha registrado en un punto distinto del que ocurrió en febrero del 2013 junto a dos urbanizaciones que tuvieron que ser evacuadas y cuyos propietarios están en un proceso de expropiación. "El nuevo problema no tiene nada que ver con aquel deslizamiento de la ladera, que ya ha sido estabilizada y no presenta ningún riesgo", aseguró ayer un portavoz de la entidad, que depende del Ministerio de Medio Ambiente.

LOCAL Y SUPERFICIAL

"La situación generada en otra zona de la ladera en nada compromete la seguridad de la obra ni la estabilidad de la presa de Yesa", indicó ayer la confederación en una nota de prensa. Según la CHE, ahora se trata del derrumbe de un talud, "una afección local y superficial en el terreno de un volumen aproximado de 30.000 metros cúbicos".

Además, el organismo de cuenca quiso adelantarse a los acontecimientos y en el mismo documento reiteró que "los movimientos locales, localizados y superficiales que se producen y se pueden producir en el futuro, en los límites del área de deslizamiento donde se realizó la obra de emergencia para su estabilización, tampoco comprometen la estabilidad de la ladera".

De hecho, las mismas fuentes se refirieron a una nota informativa del pasado mes de junio en la que se advertía de que el hecho de haber paralizado el movimiento global de la ladera derecha "no impide que puedan existir en un futuro movimientos locales puntuales relacionados con el proceso de vaciado del embalse en las zonas de perímetro del mismo o en la propia ladera como consecuencia de efectos de la lluvia". Asimismo, se aseguraba que esos movimientos no afectaban a las condiciones de seguridad de la ladera.

MÁS GRIETAS

"No se puede decir que lo ocurrido el martes sea un deslizamiento", apuntó el portavoz de la confederación, que insistió en que se va a sanear ese talud".

En este sentido, cabe recordar que la semana pasada la Asociación Río Aragón y Yesa No hicieron llegar a los medios de comunicación unas imágenes con las que denunciaban la aparición de nuevas grietas en la ladera derecha, sobre las urbanizaciones desalojadas.

Para la Confederación Hidrográfica del Ebro se trata de movimientos "imperceptibles para los aparatos de medición" que no comprometen las garantías de seguridad y la estabilidad global de la ladera derecha", una postura que no ha variado desde el pasado mes de junio, cuando se dieron por concluidos los trabajos para el aseguramiento de la ladera derecha.

Estos problemas dieron lugar a la apertura de un proceso de expropiación a los dueños de chalets. "Los expertos ya dijeron desde un principio que el problema tenía una difícil solución y que iba a haber más movimientos", señaló ayer Jorge, uno de los propietarios afectados.