Las filtraciones del barranco de Bailín, con origen dentro del vertedero y fuera de él, van a ser el caballo de batalla en la lucha contra la contaminación de residuos de lindano en el río Gállego. Así lo aseguró ayer en Zaragoza el presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), Xavier de Pedro, quien reconoció que, con episodios de lluvia muy intensos, "a veces será complicado controlar todas las escorrentías"

No obstante, el responsable del organismo de cuenca señaló que una parte de estas filtraciones no tratadas sí podrá ser controlada, con el objetivo de que llegue al río la menor cantidad posible de agua contaminada. El fin último es que la contaminación que pueda haber en la zona, la que arrastran las escorrentías que activan las tormentas, se elimine mediante actuaciones que son competencia de la DGA. "Se trata de que se recojan y se deriven a un depósito de tormentas que hay en la instalación", dijo De Pedro tras reunirse con los alcaldes de la ribera del Gállego.

La DGA mantiene que la contaminación detectada en los análisis a la salida del vertedero de Bailín, donde hace poco terminó el traslado de residuos del vaso antiguo a uno con más garantías, no procede del interior de la instalación depuradora, sino que puede tener su origen en otros puntos del barranco de Bailín. En este sentido, el presidente de la CHE confirmó ayer que "baja contaminación aguas arriba de donde vierte la depuradora", al margen de la que va al barranco sin pasar por el depósito de tormentas.