El autobús no entra en el camino de Cantarranas por temor a quedar atascado. Los baches y su propia estrechez disuaden a los conductores, que optan por esperar a los viajeros en la entrada, junto a la carretera de Garrapinillos. Pese a que se ha denunciado en multitud de ocasiones ante la alcaldía del barrio para que se informase al Ayuntamiento de Zaragoza y a la Diputación Provincial de Aragón, todavía no se ha procedido a adoptar ninguna solución. "Es una pena. Se puso un horario para entrar y prestar servicio a las familias que viven junto al camino y resulta que los conductores no se atreven a entrar y los viajeros tienen que andar más de un kilómetro para cogerlo en la carretera de Garrapinillos", denunció Bernardo Cambra, presidente de la Asociación de Vecinos San Lorenzo. Le apoya otro de los colectivos vecinales del barrio, el de Torre Morales, presidido por Vicente Rubio. Ambas asociaciones coinciden en manifestar su satisfacción con el horario de autobuses actual, cada media hora, aunque subrayan que se descuidan los detalles puntuales como éste del camino de Cantarranas o como los incumplimientos puntuales de frecuencias.