La Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Zaragoza, con su decano Juan Francisco León Puy al frente, ha recogido el guante tendido por la Delegación de Alumnos de Enfermería sobre la falta de contratación de profesores asociados en este grado y ha emitido un comunicado donde, entre otras cosas, dice que los docentes «entra y salen como si fueran ladrillos de fábrica».

Critican así el «auténtico proceso de sinrazón» por parte del Gobierno de Aragón y el campus aragonés a la hora de establecer los contratos de los profesores asociados y que «recientemente» ha llevado a la salida de la facultad de hasta siete enfermeras por su incompatibilidad de horarios a la hora de compaginar su trabajo con la docencia.

«Según la Ley Orgánica de Universidad, para poder optar a una plaza de asociado a tiempo parcial obligatoriamente se tiene que tener un trabajo principal. En el caso de nuestros profesionales de Enfermería, el 99,9% de los casos ejerce en el Salud», argumenta León en el escrito.

El decano añade que «durante décadas» se ha contado en la facultad con enfermeras con plaza en propiedad en el Salud, trabajando a turno rotatorio y «sin ningún problema» de compatibilizarlo. Sin embargo, explica que «se les comenzó a impedir hace unos 6 años por cuestión de horario», apunta.

La situación ya ha sido puesta en conocimiento del Rectorado de la universidad y del Gobierno de Aragón (Departamentos de Universidad y de Sanidad), así como se ha enviado una queja al Justicia de Aragón. «Pasa el tiempo y nada se resuelve. Esto nos lleva a la imposibilidad de formar profesores de excelencia que realicen una verdadera carrera académica y que con las figuras de contratación actuales pudiesen llegar algún día a docentes titulares o catedráticos», esgrime el decano de Ciencias de la Salud.

Desde la facultad apuntan que se aplica la Ley de Incompatibilidades de 1984 «creada para otras circunstancias bien diferentes y sin haber previsto ahora un nuevo convenio para el profesorado de grado o máster de Enfermería» que el acuerdo existente no integraba. Así, León pone el foco en el futuro si esta situación no se resuelve. «El actual profesorado permanente se hace mayor, envejece, se jubila y para nuestra desgracia algunos fallecen antes de tiempo», añade León.

REBELIÓN DE LOS ESTUDIANTES / La facultad, cuyo comunicado también firma el Seminario de Historia de la Enfermería y Ciencias de la Salud y el Departamento de Fisiatría y Enfermería, pide un nuevo convenio entre la DGA y el campus público, así como la «puesta en marcha» de contratos laborales. «Esto es un total despropósito. Un sinsentido que produce dolor y pérdida de calidad.

Por su parte, la delegación de alumnos de Enfermería publicó hace unos días una emotiva carta hacia dos de sus profesoras: Natalia Becerril y Ana Belén Subirón. En ella aseguraban que la facultad «no puede ni debe permitirse el lujo de dejar marchar estas joyas» y pedían apoyo a la Administración. «Os han dado una patada, tratado como lo que no sois y hecho sentir como no merecéis. ¿Acaso ser mujer, madre y enfermera es incompatible con ser docente en nuestra facultad? Si esta es la universidad y la sanidad que estamos creando y si vamos a seguir así, apaguemos y vayámonos», señalaron los estudiantes.

«Nos habéis enseñado a amar la profesión. No entendemos por qué ya no estáis por mucho que una incomprensible norma, os ha apartado de nuestro lado. Queremos que volváis», dicen.