Los investigadores aragoneses Carlos López Otín y Elías Campo presentaron ayer ante la ministra de Innovación, Cristina Garmendia, los últimos avances en la lucha contra la leucemia crónica que permiten que ya hayan comenzado las pruebas con fármacos.

Los científicos iniciaron las pruebas in vitro para comprobar si fármacos experimentales contra la mutación del gen NOTCH1 en otros tumores son eficaces para tratarla en el caso de la leucemia linfática crónica. Así, los aragoneses identificaron más de mil nuevos genes mutados en el desarrollo de esta enfermedad, que es la leucemia más frecuente en los países occidentales.

Aunque muchas de las mutaciones son desconocidas, también se han descubierto otras presentes en otros tumores, para lo que ya existen fármacos en fase de desarrollo. "Por tanto, ese camino para poder trasladarlo a la clínica probablemente se va a acortar", destacó Campo, del Hospital Clínic y la Universidad de Barcelona.

Si esos fármacos dan resultado in vitro que sean prometedores, satisfactorios y pasan los controles de calidad necesarios, se podrán empezar a trasladar a los tratamientos clínicos. "En estos momentos se han puesto en comunicación con nosotros varias empresas farmacéuticas que tienen fármacos dirigidos contra NOTCH, y nos han propuesto que hagamos estudios in vitro con células de los pacientes para ver si estos, diseñados para mutaciones de en otras neoplasias, son eficaces en esta leucemia", subrayó el investigador aragonés.

COLABORACIÓN Sobre el SF3B1, también mutado en esta enfermedad, Campo indicó que el investigador Juan Valcárcel, del Centro de Regulación Genómica, publicó hace pocas semanas un trabajo sobre un fármaco experimental que "mataba células neoplásicas" con ese gen como "diana" y explicó que "nos hemos puesto en comunicación con él para ofrecerle las células de nuestros pacientes (105 que han participado en la investigación inicial) y colaborar para clarificar cómo funciona el gen".

El doctor Carlos López-Otín, de la Universidad de Oviedo, precisó que la investigación se completará próximamente con la secuencia y análisis de cien genomas y trescientos "exomas" (regiones con la información genética esencial) de pacientes del Hospital Cínico Central de Asturias, Clínico de Valencia y Marqués de Valdecilla de Santander. Hasta el momento, han participado enfermos del Clínic de Barcelona y del Universitario de Salamanca.

López Otín señaló a este diario que "hemos insistido es que el trabajo realizado ya representa un claro avance en los aspectos clínicos de esta enfermedad pues se dispone de una información que nunca antes se había tenido sobre la misma" y explicó que "los pacientes cuyos tumores presentan mutaciones en los genes SF3B1 o NOTCH1 probablemente desarrollarán una enfermedad de evolución mucho más rápida y este tipo de datos va a ser sin duda muy importante a la hora de decidir un tratamiento para cada paciente".

Sin embargo, el científico aragonés matizó que "queda por delante un largo camino, muchos de los genes mutados no se habían asociado nunca al cáncer y por tanto no hay todavía ningún fármaco que pueda actuar sobre estos genes mutantes, pero tabién en eso hay que mirar hacia el futuro con cierto optimismo", aseguró.