Científicos del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) han conseguido describir por primera vez el esqueleto de la rana pirenaica, incluida en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

Según informa este instituto investigador, la especie, arrinconada en torrentes pirenaicos debido a la expansión del turismo de aventura, había sido identificada ya con anterioridad, pero nunca se habían descrito de forma completa todas las partes de su estructura corporal.

Los expertos, Hugo Blain y Óscar J.Arribas, señalan que la fragilidad de los entornos naturales que necesita esta especie para vivir, aguas puras y torrentes vírgenes, es la principal causa de la grave situación en la que se encuentra la especie.

La rana pirenaica, perteneciente al grupo rana temporaria, es la rana parda más pequeña, con ejemplares adultos que alcanzan un tamaño máximo de 5,5 centímetros y que presentan una morfología robusta.

A juicio de los investigadores, el ancestro de esta especie pudo ser una rana terrestre relacionada con la rana bermeja, aunque la pirenaica evolucionó hacia entornos acuáticos y habitó los torrentes de alta montaña.

Su adaptación a este entorno derivó en unas patas y unos pies (en particular el tercer dedo) más largos, en una articulación entre el atlas y el cráneo más flexible, así como en ciertos elementos óseos del cráneo (nasal y frontoparietal) más alargados y delgados.

Los especialistas señalan que la rana pirenaica ha conservado su morfología esquelética general robusta pese a su pequeño tamaño, con unos músculos "importantes" para moverse.

La rana pirenaica es endémica de la cordillera de los Pirineos, donde se encuentra generalmente en arroyos de montaña de aguas frías y bien oxigenadas de corriente rápida, especialmente durante el deshielo a finales de la primavera.

Vive en altitudes situadas entre 780 y 2.100 metros, aunque la población más abundante está entre los 1.200 y los 1.800 metros.

Su distribución se reduce a las partes central y occidental de las laderas meridionales de los Pirineos, desde el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido al este (Aragón), hasta la zona de Irati en el oeste (Navarra).

Algunas poblaciones de esta especie se han encontrado a 780 metros de altitud en el área forestal de Irati, donde también se introduce en territorio francés a través de barrancos pertenecientes a la cuenca del Ebro.

La rana pirenaica habita en las orillas de las aguas corrientes, y su comportamiento de escape ante posibles depredadores consiste en saltos largos (frecuentemente solo uno) para zambullirse en el agua y luego nadar.

Este modo de vida implica nadar en aguas de fuerte corriente, encajando en estrechas grietas y anclándose entre piedras para evitar ser arrastrada por la corriente.

Además de aumentar el conocimiento sobre la rana pirenaica, el estudio presentado también tiene como objetivo facilitar el diagnóstico correcto de la especie en asociaciones fósiles y su identificación osteológica como presa de otros vertebrados en estudios tróficos.