Cinco cazas F-18 del Ala-15 partieron ayer de la Base Aérea de Zaragoza para asumir, durante los próximos cuatro meses, la vigilancia del espacio aéreo báltico amparado por la OTAN, fundamentalmente de las incursiones no autorizadas -ni necesariamente hostiles- de las aeronaves rusas. Una misión de Policía Aérea que desarrollarán conjuntamente con las fuerzas aéreas polacas y sus F-16, los españoles desde Estonia y los polacos desde Letonia.

Es la primera vez que la unidad zaragozana asume esta misión integrando el destacamento Ámbar. Las patrullas de la OTAN en el Báltico, cuyos países aliados no cuentan con fuerzas aéreas propias, comenzó en el 2004, y España lleva asumiendo periódicamente la vigilancia con aviones Mirage F-1 y Eurofighter, desde el 2006.

En esta ocasión los seleccionados fueron los F-18 con base en Zaragoza, que partieron dentro del destacamento Ámbar -no por la cerveza aragonesa, sino por el producto característico de la zona de destino-, un contingente de 128 integrantes entre pilotos, mecánicos, especialistas en armamento, controladores, sanitarios o administrativos, entre otros.

Según detalló el coronel De la Torre, jefe del Ala-15, el operativo se desplegará en la base de Ämari, situada a unos 40 kilómetros al suroeste de la capital estonia, Tallín.

Las cinco aeronaves se distribuyen en dos parejas, con periodos de activación de 15 minutos y una hora, ante alguna alerta si se detecta la traza de un avión no autorizado o desviado de su rumbo declarado. El quinto F-18 servirá como relevo ante alguna reparación necesaria u otra contingencia. Además los Hércules del Ala-31 han colaborado en el despliegue logístico, y lo harán en la vuelta, dentro de cuatro meses.

Según explicaban los pilotos José Manuel Fernández y Antonio Cifuentes Hermoso (zaragozano de cuna, aunque madrileño de crianza), el plan de vuelo de ayer incluía un repostaje en el aire sobrevolando Alemania, para completar las alrededor de cinco horas de trayecto. Una vez allí, «se intentará aprovechar la estancia para hacer algún ejercicio conjunto con los aliados». Cualquier oportunidad es buena para mejorar la coordinación entre los países de la OTAN, explicaron. La misión de vigilancia comenzará oficialmente el próximo jueves, a las 6.00 horas.

Ambos se mostraban confiados en su desempeño, y quitaban hierro a los posibles conflictos con Rusia. «No tiene por qué haber problemas», aseguraban, ya que su tarea es principalmente de comprobación visual de que el avión detectado corresponde con la identificación facilitada, y la escolta si se sale algo de la ruta prevista. Algo similar a lo que el Ala-15 realizó con otras aeronaves rusas que circunvalaron la costa española hace unos meses, sin llegar a invadir de forma amenazadora el espacio aéreo español.

Para el general Alfonso Otero, Jefe de Movilidad Aérea del Ejército del Aire, presente ayer en la base zaragozana, esta nueva rotación de la misión de Policía Aérea supone un doble logro. Acudió para «despedir a estos jóvenes capitanes que van a cumplir una misión que remarca la capacidad del Ejército del Aire, y la voluntad de España de cumplir con los aliados de la OTAN», explicó.

La misión «garantiza la seguridad y estabilidad de nuestras naciones, lo que favorece los estados del bienestar propios de democracias como la nuestra», añadió.

Para el general, se trata de una misión «bastante sencilla en su definición, pero complicada en su ejecución», por el carácter fronterizo del espacio aéreo. Destacó la posibilidad de desarrollar ejercicios conjuntos con otros países aprovechando la estancia, particularmente con Suecia y Finlandia.