Un espectáculo ambientado en un manicomio del siglo XVIII y que se representará en Zaragoza desde mañana y hasta el 7 de mayo ha hecho estallar en críticas a la Federación Salud Mental Aragón y al Comité de Entidades Representantes de Personas con Discapacidad de Aragón (Cermi Aragón). «Se muestra a las personas con problemas de salud mental como seres perturbados y violentos, capaces de cometer actos atroces y suscitar el miedo», dicen.

La obra Manicomio, puesta en marcha por el Circo de los Horrores, no hace gracia entre las diferentes asociaciones. Ni por el nombre, ni por el contenido. «Supone un atentado contra la dignidad, la imagen y el honor de estas personas», apuntaron y añadieron que «tiene su fundamento en todos los prejuicios negativos y falsas creencias que se han atribuido, de forma infundada, a este colectivo».

Francisco González, presidente de la Federación Salud Mental Aragón, señaló que una obra puede ser atractiva y comercial

«sin tener que llegar a ofender y atacar a personas que tienen una discapacidad». Así, consideró que «la perpetuación de estas ideas» sobre este colectivo «contribuye al rechazo y la discriminación social que, lamentablemente, todavía soportan», consideraron.

«Este espectáculo ridiculiza a las personas con enfermedades como la esquizofrenia o el trastorno bipolar. Creo que todos nos llevaríamos las manos a la cabeza si algo así ocurriera con pacientes de cáncer o de otras enfermedades», explicó González.

El colectivo hizo un llamamiento ayer a la ciudadanía en general, y en particular, a las administraciones públicas, entidades del sector de la discapacidad, profesionales de salud mental y plataformas ciudadanas, para que se unan «en la defensa de la dignidad y de los derechos de las personas afectadas por problemas de salud mental» con el objetivo de que espectáculos como Manicomio «no vuelvan a programarse en Zaragoza ni en otras ciudades», apuntaron.

Peligra la rehabilitación

Por otro lado, la federación apuntó que este tipo de manifestaciones «ponen en peligro la rehabilitación y la inclusión social y laboral» de las personas con problemas de salud mental, que suponen «aspectos fundamentales» que trabajan, diariamente, las asociaciones relacionadas con esta enfermedad.

En España, alrededor del 9% de la población tiene algún tipo de trastorno mental, según recortó la asociación. Esto supone que más de 4 millones de personas conviven con patologías como el trastorno depresivo, la esquizofrenia, el trastorno obsesivo-compulsivo.

La crítica lanzada desde Aragón no es la primera que recibe Manicomio. El pasado mes de marzo, la Unión Madrileña de Salud Mental (Umasam) hizo lo propio. También la plataforma Obertament, de Cataluña, y la Asociación Granadina de Familiares y Personas con Enfermedad Mental (Agrafem) han mostrado su rechazo.