El Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) ha activado un proyecto en la provincia de Teruel centrado en la recuperación, conservación y evaluación de los frutales locales, así como la introducción del cultivo del cerezo en zonas de montaña.

Según informa el Ejecutivo regional, la iniciativa se financiará con recursos procedentes del Fondo de Inversiones de Teruel (FITE) y del Fondo Europeo de Desarrollo Regional.

En una intervención anterior en la zona se actuó en la prospección y recuperación de frutales locales procedentes de la Sierra de Albarracín como manzanos, perales y ciruelos, así como con otros de nueva prospección.

Una vez seleccionados, recuperados y conservados, los trabajos continúan con la evaluación de sus características, tanto agronómicas como de análisis de fruto.

Los investigadores de la Unidad de Hortofrutícultura del CITA y responsables del proyecto, Pilar Errea y Javier Rodrigo, consideran que "la caracterización de este material permitirá ofrecer la máxima información para poner en valor y rentabilizar futuras explotaciones con estos materiales locales, que ya han despertado el interés de algunas iniciativas de particulares".

Este organismo ha iniciado también la selección y evaluación de variedades de cerezo de maduración tardía para introducir su cultivo del cerezo en la zona de Mora de Rubielos, en altitudes superiores a las zonas tradicionales de cultivo.

A juicio de los investigadores, esto permitiría recolectar cerezas a finales de julio o en la primera quincena de agosto, semanas después de la recolección en las principales zonas de cultivo.

Los investigadores han realizado un análisis de la estructura varietal del cerezo de maduración tardía, un trabajo que ha permitido seleccionar las variedades y patrones comerciales más interesantes que se plantarán este invierno.

La introducción de nuevas plantaciones de cerezo en el área permitiría aumentar la rentabilidad de las explotaciones agrícolas y ayudar a revitalizar la zona, tanto en la creación de empleo y fijación de población, como en el posible reclamo turístico por la espectacularidad de los cerezos en la época de floración y maduración.

Las fuentes referidas advierten que la recuperación de este material frutal en peligro de desaparición es fundamental, no sólo para preservar su riqueza y diversidad genética, sino para poner en valor todo el potencial de desarrollo de estas especies en estas áreas de posible regeneración frutícola.

El abandono del cultivo de especies frutales también ha impedido la introducción de las nuevas variedades que se han obtenido en los últimos años, algunas de las cuales son potencialmente muy interesantes para su cultivo en zonas de montaña ya que permitirían obtener fruta fuera de la temporada normal.

Particularmente interesantes para las zonas de altitud son las nuevas variedades de cerezo de maduración tardía, que permiten la ampliación del período de recolección en las zonas tradicionales de cultivo, y también la expansión del cultivo a nuevas zonas.

La introducción de estas variedades en zonas de montaña permitiría obtener cerezas previsiblemente de mayor calidad y fuera de la temporada normal.