Manzanos, perales y ciruelos han sido recuperados en la Sierra de Albarracín por el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), dentro del plan puesto en marcha para preservar el rico patrimonio genético de las variedades propias de Teruel en peligro de extinción.

Ya se ha hecho un inventario de árboles (su edad, localización, estado de conservación y características singulares, o la zona de cultiven Albarracín, Calomarde, Bronchales, Gea de Albarracín, Griegos, Orihuela del Tremedal y Royuela

El material recogido ha sido caracterizado molecularmente y evaluado para identificar los ejemplares únicos y diferentes a las principales variedades comerciales, y ha sido sometido a un análisis físico-químico centrado en dureza, pH, acidez, sólidos solubles, azúcares y oligoelementos.

También se ha puesto en marcha un vivero en el primer trimestre de este año con los patrones adecuados para posteriormente ser injertados con las variedades recuperadas. En una parcela de ensayo, se trabaja con 39 manzanos recuperados, 27 perales y 17 ciruelos

Pilar Errea, directora del proyecto, ha destacado que afrontan la fase más interesante, ya que trabajan en conocer los caracteres fisicoquímicos de los frutos, su adaptación agronómica y resistencia a enfermedades, para poner en valor futuras explotaciones.

La recuperación de estas variedades ofrece al sector hortofrutícola la opción de disponer de material vegetal autóctono caracterizado por su buena adaptabilidad al medio y una buena calidad organoléptica.