--¿Conoce aquella canción de José Guardiola donde su hija le preguntaba lo mismo que usted?

--Me lo han mencionado lectores de Facebook, pero aún no he tenido la oportunidad de verlo... Y hay otra de Atahualpa Yupanqui que se titula Preguntitas sobre Dios.

--¿Va todo en la misma línea?

--Las preguntas están hechas en un tono infantil y las respondo en ese mismo tono para mis hijos. Y el resto del capítulo, ya es lenguaje adulto. Sencillo pero adulto. La idea es que el libro lo pueden leer esos niños como sus padres o cualquier persona que se haga las mismas preguntas que yo.

--¿Y la pregunta esencial cuál es?

--Lo que a mí me intriga es cómo tanta gente puede seguir creyendo ciertas cosas. Y eso es lo que yo trato de responder.

--Pero es una pregunta que no tiene respuesta...

--Yo creo que sí que tiene respuesta: cuando aceptas que los dioses no existen, las piezas del puzzle encajan del todo. Otra cosas es que no nos guste el puzzle.

--Sabe que la religión mueve pulsiones desconocidas

--No tan desconocidas. Al fin y al cabo la pulsión que está detrás de todo es el miedo a la muerte.

--¿Cuál es el resorte religioso que nos provoca a veces comportarnos sin lógica?

--El miedo a la muerte se une con el instinto tribal, el deseo de demostrar que formas parte de la tribu, que eres tan defensor de tu virgen o tu santo que no te va a ganar nadie.

--Ya veo...

--Hay un adoctrinamiento infantil, por eso la Iglesia lucha tanto porque sabe que la educación en religión es fundamental para que esos niños adultos sigan creyendo en Dios. Todos nacemos ateos...

--¿Y esos sabios, científicos que todavía creen?

--Tiene una explicación sencilla: el regazo de sus madres. Mira, Kant dedica parte de su obra a desmontar la creencia en Dios, pero finaliza uno de sus ensayos asumiendo que tiene que creer en Dios. Hay pocos pensadores que asuman que no creen.

--¿Qué espera lograr con esta obra?

--Hasta ahora lo que se ha entendido por respeto a las religiones es que si eres ateo, estate callado. Yo creo que cualquier idea es cuestionable: respeto a las personas pero no a las ideas.

--¿Conclusión final?

--Que cada cual crea libremente lo que quiera, faltaría más, pero en su casa y en su iglesia.

--Usted es licenciado en economía: ¿me explica la crisis?

--De eso no entiendo nada...