La sociedad gestora del Centro Musical Las Armas ha desmentido hoy las "insidias" vertidas por la Asociación de Vecinos Lanuza Casco Viejo, a la que acusa de no querer hablar, contra las supuestas molestias por su actividad y ha insistido en crear un foro para dirimir estas cuestiones.

Para desmontar las acusaciones de esta asociación, han mostrado fotografías que exculpan al centro de los problemas de suciedad de la zona, causados por vecinos individuales, y han anunciado una jornada de puertas abiertas el próximo 15 de junio para que el público general conozca su actividad, ha explicado en rueda de prensa Sergio Vinade, gerente de El Fantasma Producciones (EFP), gestora de este espacio público.

En la rueda de prensa, la sociedad gestora ha leído un comunicado aclaratorio que ha remitido a los medios de comunicación para defenderse de los "continuos ataques e insidias" de esta asociación, que creen que no representa a los vecinos del barrio, ante las "supuestas molestias y exceso de actividades".

En él, recuerdan que el Centro Musical Las Armas es un espacio público de gestión cien por cien privada, cuyo contrato les da el derecho y la obligación de equipar las diferentes salas, bar o restaurante, así como de organizar una serie de actividades.

En este sentido, Vinade ha recordado que EFP emplea en Las Armas a 15 personas fijas, otras 20 de modo temporal y que este centro ha provocado que se abran nuevos locales y comercios en El Gancho, un barrio tradicionalmente considerado como "marginal" al que ahora acuden muchos zaragozanos por primera vez y que cree que están dinamizando.

En el documento esgrimen que se han convertido en referente de la escena musical y cultural de la ciudad, "paso casi obligado" para los mejores artistas nacionales e internacionales y apoyo para los locales, de lo que se ha hecho eco "hasta la prensa internacional", además de ceder espacios y medios y de realizar más de 200 actividades gratuitas.

"Siempre hemos entendido Las Armas como un lugar único que debía respetar el entorno", reiteran, y por ello, a pesar del "acoso" al que se han visto sometidos, han ido más allá de la ley -que les permite abrir su sala hasta las 5.30 horas entre semana y hasta las 6.30 los viernes y sábados- y han desarrollado unas normas de buenas prácticas en cuando a los horarios, respetando las noches o la hora de la siesta.

Han reprochado también a la Asociación Lanuza Casco Viejo su actuación unilateral de cara a los medios de comunicación, ya que su último encuentro con ellos data del año 2016, en una reunión junto con técnicos municipales en la que trasladaron quince propuestas vecinales.

Entre ellas, el cuidado de las zonas verdes, que EFP recuerda que son de su concesión y que los problemas de mantenimiento no se deben a los asistentes a sus actos sino al hecho de que son utilizados por viandantes como urinarios para sus mascotas.

También reclaman los vecinos la colocación de contenedores de basura y aseos portátiles, que en el primer caso responden que siempre se instalan, mientras que en el segundo se escudan en que no hay precedente de ello en ninguna otra actividad de la ciudad y que los servicios del centro tienen capacidad para cubrir las necesidades de unas mil personas.

EFP niega también que en alguna ocasión se haya restringido la circulación de vehículos por un evento y que las actividades no respeten el horario de descanso de los vecinos, y asegura que cumple escrupulosamente el horario pactado en 2016 de 10 a 15 y de 17 a 23 horas para los actos al aire libre.

Asimismo, manifiestan que no pueden impedir que los asistentes permanezcan en la vía pública al término de cualquier acto, ni tampoco el botellón, mientras que rechazan cumplir con la exigencia de que la terraza cierre a las 23 horas, lo que les restringiría el horario con respecto a otros establecimientos similares.

Del mismo modo, ha señalado que se han comprometido a no realizar más actividades que llegaron a causar especiales molestias, como los Food Trucks.

Sin embargo, Vinade ha reiterado que el centro no ha recibido ni una sola denuncia o multa, pese a que la Policía sí que acude a realizar mediciones de ruido o comprobar horarios en numerosas ocasiones.

Ha asegurado que están dispuestos a sentarse a hablar de si gestionan el centro "con mejor o peor criterio" o si es necesario rectificar en algún aspecto, pero ha rechazado la actuación unilateral de dicha asociación de vecinos, que ha repetido las mismas quejas de 2016.

De igual forma, ha reconocido que en un principio cometieron errores, pero que han cambiado y que, en todo caso, quieren trabajar para solventar cualquier problemática, por lo que pide que les dejen hacerlo en un foro en el que todos estén representados.

El gerente, quien ha negado categóricamente la proliferación de actividades, más allá del mercado semanal y otras puntuales en los meses de buen tiempo, ha lamentado la "publicidad constante" que se vierte en su contra y que solo encuentren apoyo por personas individuales de las sociedades municipales.