COAGRET pide superar la "vieja política hidráulica"

Cazaña se ha concentrado, junto con otros miembros de COAGRET, frente a las Cortes de Aragón, donde se celebra una comisión de seguimiento del Pacto del Agua de Aragón, que contiene 30 obras hidráulicas, y que este año celebra su 20 aniversario de aprobación. La reunión está presidida por el ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, y el presidente de las Cortes de Aragón, José Angel Biel.

El presidente de COAGRET ha recordado el rechazo de su plataforma a cuatro obras del Pacto del Agua, para las que ha pedido su paralización y descarte, que son el recrecimiento de los embalses de Yesa y Las Torcas y la construcción de Biscarrués y Mularroya por sus impactos "sociales, económicos y medioambientales", para apuntar que las obras "que no son conflictivas, se están ejecutando o se van a ejecutar".

Respecto a las cuatro obras que rechazan, ha precisado que suponen un gasto de más de 800 millones de euros a la Administración pública, es decir, "para la hacienda de todos los ciudadanos del Estado español", cuando, al mismo tiempo, "vemos que se están produciendo recortes de servicios públicos y de derecho sociales de todo tipo".

Además, esas cuatro obras "cuentan con alternativas mucho más económicas", que "evitarían los graves impactos y la grave conflictividad social que provocan". Por otra parte, ha comentado que ya están trabajando sobre las alegaciones del plan de la cuenca del Ebro, del que hay un borrador, aunque todavía no ha salido todavía a información pública.

Según ha relatado, "venimos preparando desde hace tiempo alegaciones de fondo, muy técnicas" y "alegaciones marco para que todos los ciudadanos puedan estar informados de lo importante que es este plan", que debería ser "un documento ambicioso en cuanto al cumplimiento de la Directiva Marco y aplicar los caudales ambientales necesarios" y para que "la mayor parte de las masas de agua tengan un buen estado ecológico, algo que no se recoge en el borrador".

El Ministro de los trasvases

El presidente de la Asociación Río Aragón, Luis Solana, ha recordado que en 1992 se aprobó el Pacto del Agua porque "necesitábamos un pacto en Aragón para llevar a cabo un Plan Hidrológico Nacional, que recogía los trasvases y el trasvases del Ebro" y ahora "vuelven a vendernos la misma película".

En este sentido, ha señalado que se pretende avanzar en un Pacto del Agua "que tiene 20 años y no ha servido absolutamente para nada" y "mantenerlo a estas alturas nos parece lamentable y seguir con obras como el recrecimiento de Yesa y el pantano de Biscarrués es absolutamente imperdonable en este momento por los recursos que exigen y porque nuestros ríos no dan para más".

La alcaldesa de Murillo de Gállego (Huesca), Marta de Santos, ha argumentado que "los políticos están para defender los intereses públicos, para defender nuestros ríos y para defender nuestros pueblos y no para inundarlos, ni ahogarlos".A su entender, la construcción de Biscarrués y el recrecimiento de Yesa se están realizando con "despilfarro económico" y "chapuza administrativa" porque son proyectos "que están estimados en pesetas" y tampoco se han actualizado "los datos hidrológicos de las aportaciones actuales que están teniendo los ríos".

"Se está jugando con el dinero público y en estos tiempos es vergonzoso que con dinero público quieran hacer estas macro-obras sin estudios correspondientes de eficacia y utilidad", ha apostillado.

Mularroya y las torcas

El portavoz de COAGRET, Julián Ezquerra, se ha referido a la construcción de Mularroya y al crecimiento de Las Torcas. Del primero ha recordado que el proyecto "está recurrido en los tribunales" porque se está realizando "en la más absoluta ilegalidad", cuando, además, "hay alternativas con menos impacto en el medio ambiente de la zona y en el río, tanto en el río Grío, que no lleva agua, como en el Jalón, del que se va a hacer un trasvase al Grío para poder hacer" el embalse.

Ezquerra ha sostenido que esta obra afecta a espacios naturales protegidos de la Red Natura 2000, igual que el recrecimiento del embalse de Las Torcas, que, además, "es un absurdo total porque están despareciendo los pocos agricultores que había en el valle del Huerva" puesto que "gran parte de la huerta ha sido ocupada por el crecimiento urbanístico de los pueblos cercanos a Zaragoza".

Por eso, ha cuestionado su uso y ha comentado que hay otros embalses construidos y sin uso, como el de Lechago y el del Val, ambos del Pacto del Agua, y por eso ha abogado por "revisar todo ese listado de obras y ver si de verdad se necesitan o estamos tirando el dinero público".

Huida hacia delante

El representante de Ecologistas en Acción, Paco Iturbe, ha argumentado que "con esta nueva política ambiental se hace una huída hacia adelante, considerando que los ríos no son fuente de vida, sino un canal de agua". "Mal se puede gestionar un río si no se tiene en cuenta lo primordial, que es un río", con su ecosistema y sus poblaciones ribereñas, y ha observado que se plantea la cuestión de forma "irreal" porque "por el río baja el agua que baja y por muchos decretos que se aprueben no va a bajar más agua y no va a llover más".

Esto, ha estimado, "es engañar a la ciudadanía", además de que "el cambio climático nos indica que cada vez va a ir bajando menos agua", ha defendido. El miembro de la Asociación Naturalista de Aragón, Mariano Mérida, ha explicado, por su parte, que el río Ebro "tiene una calidad ambiental malísima" y "no puede soportar" las 200.000 nuevas hectáreas de regadío que se quieren impulsar en Navarra, Cataluña y Aragón.

A su entender, "el ministro tenía que preocuparse más que por vender el río a los concesionarios que son los grandes oligarcas de la agricultura por ver cómo mejora la calidad ambiental, que es la salud de todos los seres vivos, también de los seres humanos".