La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, no asistirá al pregón de las fiestas del Pilar ni saldrá al balcón a saludar. Tras la tensión social surgida en la ciudad, y los mensajes de odio aparecidos en las redes sociales, el Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) anunció ayer que ni Colau ni la regidora de Cambrils, Camí Mendoza, podrán quedarse al pregón tras asistir al acto de entrega de medallas por «motivos de agenda», o mejor dicho, por su vuelta en AVE. El último tren a Barcelona el día 7 sale a las 21.50 horas.

Colau agradeció ayer la medalla de oro que Zaragoza le otorga a la ciudad condal. «Se trata de un gesto muy bonito e iremos con todo el agradecimiento del mundo», declaró, para solicitar que «no se mezcle» el conflicto en Cataluña con el homenaje.

El concejal de Cultura, Fernando Rivarés, compareció ayer para criticar duramente a aquellos «radicales», «anónimos», «cobardes» y «violentos» que han criticado en las redes que Colau visite Zaragoza y presencie uno de los momentos más emotivos.

Tanto Colau como Mendoza acuden junto al resto de portavoces de los grupos municipales en representación de sus ciudades, para recoger la medalla de oro que el consistorio, con la aprobación de todos los grupos, le otorga a Barcelona y Cambrils como reconocimiento a la población civil y a los servicios de emergencia por su actuación en los atentados del pasado mes de agosto.

Rivarés lamentó que se esté alentando la violencia contra este evento que sirve de escaparate turístico para todo el mundo. «La fiesta es para gozarla, cantarla y bailarla», aseguró, que «algunas personas extremistas quieren combatir».

El concejal señaló que no se puede permitir que «unos pocos, o muchos o regulares, personas anónimas, que se esconde en las redes sociales creen un clima de violencia». A su juicio, «es feo, es cutre, es violento y es antidemocrático que nos amarguen la fiesta». Los grupos municipales aprueban y comparten la presencia de Colau en la ciudad como máxima representante aunque, PP y PSOE cuestionan que no ceda el protagonismo, también esta vez, a los servicios de emergencia y sanitarios.

A pesar de que se haya descartado, finalmente, que Colau vaya a presenciar el pregón de fiestas desde el balcón del ayuntamiento, algo que quedaba a su elección, desde el consistorio se mantienen «muy preocupados» por la tensión social que se está viviendo en la calle. Aún así, desde el consistorio garantizan la seguridad.