El colectivo de ciclistas Pedalea y Acera Peatonal reivindicaron ayer por las calles de Zaragoza que la bicicleta vuelva al lugar que tiene designado: la calzada. Los propios ciclistas son conscientes de los problemas de convivencia que generan las dos ruedas, ante su crecimiento y el miedo de muchos a circular por la carretera, por el escaso respeto de los conductores. Por ello, apuestan por medidas que fomenten la comprensión entre los colectivos (conductores, ciclistas y peatones) en la ciudad. Y porque se cumplan las normas.

Según explicó Chus de Miguel, de Acera Peatonal, "la convivencia de los ciclistas y peatones está genial, pero no puede ser que el miedo que tienen las bicis a ir por la calzada lo traslademos a los peatones". Fernando Gómez, de Pedalea, se mostró de acuerdo, y apostó básicamente por respetar las zonas limitadas a 30 kilómetros por hora y completar el circuito de carril bici.

Según coincidieron, el problema no está tanto en legislar sino en que el Ayuntamiento de Zaragoza haga cumplir realmente la ordenanza que regula el uso de la bicicleta. El incremento del uso de la bicicleta está causando, lógicamente, un incremento de la siniestralidad, según reflejaba la última memoria de la Policía Local de Zaragoza.

Para conseguir "que la bicicleta vuelva a la calzada, y no al trastero", según Gómez, ayer varias decenas de personas pasearon por la acera con las ruedas que sí pueden hacerlo: carritos, maletas y sillas de ruedas.