Más de cincuenta años de existencia avalan la calidad y el prestigio de esta institución que se convierte en un segundo hogar para los chicos y chicas que viven en él a lo largo de sus años de estudiante. Es definitivamente, un lugar de convivencia para un tiempo de crecimiento que todos recordarán con mucho cariño y del que se llevan grandes amistades para toda la vida.

El pasado curso fue un año muy especial para “El Carmelo”, cumplieron su 50 aniversario y en torno a tan entrañable hito, se organizaron actividades, charlas, coloquios, encuentros con antiguos alumnos que hoy son un referente en sus respectivas profesiones: leyes, economía, medicina…Además el curso 16/17 fue el primer año en el que el Colegio se convirtió en mixto y así por sus pasillos, por la biblioteca, el gimnasio y el comedor, podíamos encontrar a un total de 194 alumnos de los cuales 47 han sido chicas. Los jóvenes provienen de todas las provincias aragonesas pero también llegan hasta el Carmelo, chicos y chicas de La Rioja, Navarra, Soria e incluso de otros países, todos atraídos por las ventajas que el colegio les aporta, en especial su céntrica ubicación en la calle Albareda, perfectamente comunicada con los Campus Universitarios y con los lugares de ocio y encuentro de la juventud. También, porque no decirlo, por la flexibilidad de la estancia que permite elegir habitación doble o individual con todas las comodidades y un servicio de cocina comedor en el que se elaboran los menús diarios.

El Carmelo ha sido y sigue siendo un referente cultural en la ciudad, ya lo fue en su momento con el cine fórum que se organizaba en sus salones pero continua siendo un lugar de encuentro con el conocimiento más allá del que los estudios de cada alumno puede reportarles y así, se consolida y se afianza que los residentes convivan y participen de cuantas actividades culturales, deportivas y festivas se organizan, creando un vínculo y un sentimiento de pertenencia que nunca desaparece. Precisamente de todo ello es testigo una exposición permanente que situada en los pasillos de acceso al gran salón de actos, recopila fotos, recortes, objetos para el recuerdo de los 50 años de historia.

En estas fechas, cuando muchos estudiantes están ya finalizando el curso, es una época de frenética actividad en el Colegio. Ahora es el momento de venir a conocerlo y visitarlo para barajar las diferentes opciones, las visitas de las familias se suceden y no pocos vienen precedidos de la estancia que allí disfrutaron sus abuelos, sus padres o sus hermanos, una sucesión de alumnos que no hacen sino corroborar el éxito de un estilo de hacer bien las cosas.