Un "colocón" es, según la Real Academia, el "efecto intenso de colocarse", verbo reflexivo que, a su vez, significa "ponerse bajo los efectos del alcohol o de una droga". Es decir, que lo que sufrieron el pasado miércoles dos de los agentes del Cuerpo Nacional de Policía destinados en la oficina de denuncias de la comisaría de Centro fue, aunque involuntario, un colocón.

Sus compañeros de la Policía Judicial habían hecho poco antes una operación en la que habían intervenido un kilo y medio de marihuana. Y, tras detener a sus propietarios y trasladarlos a dependencias policiales para interrogarlos e instruir el atestado, se vieron ante un problema que viene convirtiéndose en habitual en las comisarías zaragozanas en otoño: ¿Dónde dejar la droga hasta el momento de entregarla en el juzgado?

Vigilancia

En el caso de la comisaría de Centro, los alijos se trasladan a la oficina de denuncias para depositarla en la caja fuerte que allí existe. Los estupefacientes sintéticos, como la cocaína o el speed, no causan efectos secundarios. La marihuana, sí.

Los intensos aromas que fueron desprendiéndose de la hierba durante las más de siete horas que los agentes tuvieron que permanecer junto a ella por exigencias del servicio --la oficina es de pequeñas dimensiones-- terminaron por causarles mareos y vómitos, explicaron fuentes policiales. No obstante, aguantaron hasta el final de su turno.

Fuentes del Sindicato Unificado de Policía (SUP, mayoritario en el cuerpo) criticaron el sistema de custodia de los estupefacientes intervenidos que aplican las comisarías aragonesas y reclamaron la habilitación de espacios específicos para depositarlos antes de su entrega en los juzgados.

Un portavoz oficial de la Jefatura Superior de Policía de Aragón declinó efectuar comentarios sobre lo sucedido.

La vigilancia de la droga intervenida por las fuerzas de seguridad ha generado polémicas en los últimos meses, especialmente tras producirse varios robos en almacenes de Andalucía. La Subdelegación del Gobierno en Zaragoza custodiaba hace unos meses 4.000 alijos puestos a disposición de los juzgados de instrucción y la Audiencia.