Por fin un programa gastronómico digno de tal nombre. La Sexta ha estrenado El Comidista -en verano, eso sí, por si acaso-, donde Mikel Iturriaga y su equipo continúan con su forma de abordar esta disciplina, explorada primero a través de su blog del mismo nombre, al que fue incorporando también los videos.

El comidista aborda la gastronomía, que es más que la cocina, con mucho desenfado, integrando otras disciplinas -hasta el dibujante Ibáñez apareció en uno de los dos programas emitidos-, jugando con el sentido del humor, buscando otras perspectivas pero siempre desde el rigor y sin prejuicios de ningún tipo.

El programa se desarrolla a partir de un tema central, el azúcar y la tortilla de patata en las dos primeras entregas, del que van colgando otros asuntos. Documentado, viajero, divulgativo y muy desmitificador, como debe ser. Tras reírse de la tortilla de patata con chorizo del cocinero inglés James Olivier, que tanto dio que hablar, se dedicó a explicar cómo en España nos cargamos los espaguetis a la carbonara, que jamás llevaron nata, o el humilde guacamole, que aquí destrozamos en batidoras eléctricas. Quien esté libre de pecado…

El comidista sabe que la gastronomía, amén de nutrición y alimentación, es placer y juega a ello, a divertirse, logrando que el espectador comparta las mismas sensaciones. Nada que ver con el rigor militarista del «sí chef», con las complicadas recetas -hasta para un profesional- de otros programas o las peculiares opiniones de otros cocineros.

No salió Aragón, ni en las listas top de pastelerías y tortillas de patata -que podría-pero todo se andará. Lo cierto es que tras Iturriaga hay un equipo que se documenta y pregunta sobre lo que no sabe. Lo que no es poco, en televisión y en los tiempos que corren. Reserve la noche de los miércoles, si los índices de audiencia lo permiten. O precisamente por ello, para que el programa se mantenga durante el frío invierno, cuando vuelvan los potajes.