Un jurado popular juzga desde hoy en la Audiencia de Zaragoza a un matrimonio marroquí acusado de la muerte intencionada de una bebé de menos de un mes y de causar lesiones y fracturas óseas a otro niño que tuvieron un año después, después de archivarse el primer caso.

El fiscal, que solicita para el acusado penas que suman 28 años de prisión por presuntos delitos de asesinato, lesiones y contra la integridad moral y de 8 años para su mujer, ha incidido en su alegato inicial en la responsabilidad criminal de ambos en la muerte de la bebé y en las lesiones sufridas por su segundo hijo.

En el testimonio prestado ante el jurado, Rachid B, ha explicado que la niña se le cayó cuando la sostenía en brazos al notar un fuerte picor que le hizo soltar las manos, pero que no llegó a golpearse con el suelo al detenerla con sus rodillas.

Con la ayuda de un intérprete, ha destacado que cuando la niña comenzó a llorar con fuerza, su mujer, que estaba en la cocina, se acercó y comprobó que estaba como desvanecida, por lo que la trataron de despertar con agua fría.

Al practicarle el boca a boca, la niña comenzó a sacar sangre por la nariz, por lo que la mujer se desplazó hacia un centro de salud y posteriormente al Hospital Miguel Servet, donde el bebé falleció la tarde del 24 de abril de 2014, con apenas un mes de vida.

Esta versión ha sido confirmada por su esposa, Bouchra S., que ha negado haber hecho daño de forma intencionada a sus hijos, sosteniendo que siempre que mostraban signo de alguna dolencia les llevaba a un centro médico.

La mujer ha relatado que tenía la costumbre, además, de colocarse a sus bebés a la espalda, sujetos con una sábana que ataba con un cordón de algodón para que los niños estuvieran más tranquilos al contacto con su cuerpo.

A pesar de que el caso fue archivado, en julio de 2015, al presentarse la pareja en el mismo centro con un hijo de dos meses nacido con posterioridad que presentaba distintas fracturas en el cuerpo, la policía, alertada por los servicios médicos, decidieron retomar las investigaciones.

El matrimonio fue detenido un tiempo después y sus hijos, el pequeño con lesiones y una niña de cerca de tres años, retirados por los servicios de atención a menores del Gobierno aragonés.

El letrado de la defensa, Eladio Mateo, ha argumentado en su turno que sus clientes no actuaron de forma intencionada y que el resultado lesivo se deriva de unos cuidados llevados a cabo de forma "imprudente" y a consecuencia, en el caso de la niña fallecida, de una caída accidental.

Respecto a las lesiones del segundo hijo, el abogado considera que pudieron deberse al "frágil" estado de salud del menor y a "un manejo, igualmente imprudente del niño, de corta edad, que se encontraba, como consta acreditado, en un estado de salud precario; pudiendo ser debidas a una enfermedad sistémica (raquitismo) que debilita los huesos".

Este letrado solicita la libre absolución de sus clientes y, alternativamente, penas menores de multa y de hasta un año de prisión por presuntos delitos de homicidio y lesiones por imprudencia leve.

El juicio se reanudará mañana con la declaración de testigos y de responsables policiales y continuará el miércoles con las pruebas periciales, que, en opinión de las partes, son las que pueden arrojar mayor luz sobre el caso.