El pasado martes comenzó la vista oral contra el exgerente del Salud, Tomás Tenza, acusado de los posibles delitos de prevaricación y acoso laboral al que fuera jefe de informática del hospital de Yagüe, en Burgos, a mediados del 2007, y por los que la Fiscalía pide para él una pena de seis meses de prisión y doce años de inhabilitación.

Según informó ayer el Diario de Burgos, el exdirector del hospital burgalés y otros cuatro centros sanitarios entre 2005 y 2011 aseguró, en la primera jornada de la vista, que el trabajador que le denunció --el jefe de informática de Yagüe, Ricardo Cuadrado,-- era "una bomba de relojería" y, de hecho, lo vinculó a un acto de sabotaje hecho "desde dentro" en el 2007.

En el proceso, que durará hasta el 1 de agosto y en el que están llamados a declarar 31 testigos, Tenza esgrimió que perdió la confianza en Cuadrado porque "boicoteaba" y "obstaculizaba" su trabajo.

Según el diario, la complejidad del proceso judicial radica en que se mezclan una acusación por permitir la contratación supuestamente irregular de una empresa externa de informática (prevaricación) con la de mobbing a un trabajador, quien fue cesado como jefe de informática en 2007 y amortizado su puesto de trabajo dos años más tarde.

El consejero de Sanidad del Gobierno aragonés, Ricardo Oliván, aseguró desconocer que Tenza estaba imputado cuando lo nombró gerente del Salud y, aunque le mantuvo en el cargo durante muchos meses, acabó destituyéndolo en diciembre del 2012 apelando a que su situación procesal comprometía la imagen del servicio y de la propia consejería, "que están por encima de cualquier persona".