Como cada mañana, Damián ordena las cajas de frutas a la entrada de su tienda de ultramarinos, en el barrio de San José. Son las nueve y media de la mañana, ya lleva un buen rato organizando el interior de su establecimiento. Los primeros rayos de sol de esta mañana de sábado atraviesan el escaparate.

Fran vive en el bloque donde se ubica la tienda de Damián, toda su vida ha vivido en San José y, desde pequeño, lo conoce; le gusta llamarle Don Damián. Fran suele bajar a primera hora, antes de ir a trabajar, a comprar el pan y EL PERIÓDICO. Esta mañana de sábado no falla a su tradición.

--Hola Fran, ahí tienes lo tuyo, reservado, como todos los días, dice Damián sacándole brillo a una manzana.

--Gracias Don Damián.

--Hoy sales ¿no? Que lo he leído en el periódico.

--No, Don Damián. Hoy no salgo. Hoy sale el pregón y a mí no me toca este año.

--¿El pregón? Ah, sí, he leído que la pregonera es la escritora Ángeles de Irisarri. Y esto ¿quién lo elige?, pregunta Damián, con cierto desdén.

--La Junta Coordinadora delega en una cofradía cada año para organizar el pregón y esa cofradía propone al pregonero.

--Ya, ya. A las seis pone que sale de Santa Isabel y ¿a qué hora será el pregón en sí?

--A las ocho en la plaza del Pilar.

--Entonces ¿tú cuando sales?

--El lunes y el miércoles.

Fran es cofrade de la Dolorosa desde bien pequeño. También lo es su padre, Francisco, y su hermana Eva. Fran está más contento y nervioso que de costumbre, ya que este año su cofradía y la de Jesús Camino del Calvario celebrarán, ni más ni menos, que el 75 aniversario del Encuentro, que tendrá lugar, como cada Semana Santa, en la madrugada del Miércoles Santo.

--Yo te veré el lunes --dice Damián-- como pasáis por aquí mismo ya te saludaré- bueno, si te reconozco, porque con el capuchón ese...

--Tercerol, Don Damián, se llama tercerol.

--Pues mi sobrino, el Juan Mari, también lleva tercerol de esos. Toca el bombo en esa que van de rojo y blanco, que son muchos.

--Jesús atado a la columna.

--No sé, pero yo creo que tienen el nombre más largo.

--Todas tenemos el nombre más largo, pero con decir la Columna, la Dolorosa, el Prendimiento- ya nos entendemos.

--Pues en la Columna también celebran 75 años.

Fran sabe que no es de extrañar que varias cofradías estén celebrando en los últimos años su 75 aniversario, ya que muchas se fundaron a lo largo de los años 40 del pasado siglo, así que en los años próximos seguiremos celebrando más efemérides de este tipo. Fran apostilla a Don Damián:

--Y en el Descendimiento también. Ahí sale Alberto, el del cuarto izquierda, ese que acaba de tener un chiquillo.

--Ya, ya. Pero es que ese no me compra a mí, ese va mucho al chino de la esquina. Oye, ahora que me acuerdo, que ahí tengo el cartel, ¿qué es eso de poner Semana Santa en chino?

--Ya ve, Don Damián, cosas del turismo, ¿no ve que el año pasado nos otorgaron el título de Interés turístico internacional?.

--A mi todo eso me parece bien, pero ¿es que los chinos celebran la Semana Santa o qué? Yo lo digo porque como celebran el año nuevo en febrero, a lo mejor la Semana Santa la dejan para agosto.

--Pues mire Damián, así seguro que haría bueno.

Fran lleva varios días consultando todas las webs del tiempo que conoce y parece que el tiempo va a respetar la Semana Santa: temperaturas agradables y cielos despejados. Ya llovió bastante las semanas pasadas. Ha sido un frío y lluvioso invierno.

--Venga, Don Damián, me subo para casa a ver si me plancho el hábito.

Fran es de los cofrades que se plancha el hábito. Su mujer, Raquel, no es muy aficionada a esto de las cofradías, es una mujer de profunda fe, pero no le ve mucho sentido a, como dice ella, sacar de paseo a vírgenes emperifolladas y Cristos llenos de dorados, si los cofrades luego no acuden a sus actos y celebraciones. Algo de razón lleva, pero Fran intenta hacerle ver lo que es la religiosidad popular y que, sacar las imágenes es devoción.

Raquel asiente medio convencida, pero siempre le dice a Fran que él se tendrá que ocupar de sus cosas cofrades, entre ellas, llevar el hábito a la tintorería y planchárselo y guardarlo.

Raquel soporta estoicamente las tardes de ensayo de Fran y, de vez en cuando, acude con él a alguna misa de su cofradía. Incluso alguna Semana Santa, antes de tener a las peques, acompañó la procesión desde las aceras y esperó el Encuentro, bajo un intenso frío.

Ahora baja con las peques para que vean a su padre, al yayo y a su tía Eva, al principio de la procesión y vuelve a casa a esperar que Fran regrese cansado, hambriento y dolorido por el peso del bombo, pero con el corazón lleno del orgullo.

Hoy comienza la semana grande para Fran, en los próximos nueve días, desde este sábado de pregón hasta el Domingo de Resurrección, saldrá a ver todas las procesiones que pueda, en total hay cerca de cincuenta, cada una con sus peculiaridades bajo el mágico encanto de las volutas de incienso, el redoble de los tambores, el sonido seco del bombo y el timbal, el tableteo de matracas y carracas y el rasgado de las cornetas.