La huelga del tranvía todavía no ha llegado al ecuador de su calendario y parece objetivo que se está viviendo con más normalidad en las paradas que en los despachos. La crispación entre la dirección de Tranvías Urbanos de Zaragoza y su comité de empresa va en aumento y hoy podría romper cualquier posibilidad de acuerdo, si existe alguna, porque el comité de huelga prevé interponer una demanda contra la empresa. El conflicto llegaría a los tribunales por una cuestión de «tutela sindical de los trabajadores» en la propia huelga, que ayer vio cómo uno de los representantes del propio comité de huelga se veía obligado a ponerse a los mandos de un convoy. Esto colmó la paciencia de los sindicatos y tienen previsto interponer la demanda hoy mismo.

El gerente de la empresa, Jorge Aguiar, confirmó que así fue pero defendió que se daba así «solución a una situación generada por el propio comité» y que no se pudo solventar de otra manera. En previsión de las posibles acciones legales que se emprendan, se limitó a «garantizar que se está actuando con la máxima escrupulosidad y respeto a los derechos de todos los trabajadores»

Eso tras una quinta jornada de paros que secundó el 100% de los trabajadores convocados por la mañana y por la tarde, según aseguraron desde el comité. La normalidad que se viene repitiendo desde el primer día, igual que las aglomeraciones en los convoyes durante las horas de los paros, con frecuencias de paso cada vez más ajustadas a los 10 minutos que marcan los servicios mínimos para los días laborables.

Sin embargo, el clima que se respira en los despachos no es el más óptimo para llegar a algún acuerdo el próximo lunes, fecha en la que ambas partes volverán a sentarse. Aunque, por parte de la representación sindical, la pasividad de la empresa no ayuda a calmar los ánimos y, sumado a este tipo de actitudes, solo se puede recrudecer la situación.