Todos los grupos municipales del Ayuntamiento de Zaragoza se conjuraron ayer en el pleno para intentar conseguir el «objetivo de accidentes cero» en la ciudad. Así lo defendió el concejal de Ciudadanos (Cs) Alberto Casañal en una moción que secundó el resto y que cobraba relevancia después de los trágicos atropellos mortales registrados el pasado mes de enero, con dos fallecidos en solo siete días. La idea, como explicó la socialista Lola Ranera, es alcanzar un plan de seguridad vial como el que logró en el 2002 reducir a 23 la cifra de 30 accidentes con víctimas que hubo en el 2000, hasta los 3 del 2015.

«Todas las medidas que se pongan, bienvenidas sean», defendió la edila del PSOE, quien subrayó que estas iniciativas tienen que ver con un «modelo de ciudad» del que adolece el Gobierno de Zaragoza en Común, al que le pidió que «deje trabajar a la Policía Local en lo que sabe y, en seguridad vial, lo hace muy bien».

Teresa Artigas, responsable de Movilidad, subrayó la necesidad de «actuar con la cabeza fría» a la hora de pactar medidas pero «intensificar el trabajo». Además de, al igual que señaló Leticia crespo, de CHA y la propia Ranera, no «criminalizar» al tranvía por una utilización partidista. Sebastián Contín, del PP, replicó que «no hay que quitarle importancia» porque esa «alarma» ayuda a que no suceda más lo de enero.

En paralelo, Artigas explicó que la campaña Para, Mira, Pasa regresaba ayer a las calles, y que otra, la de Respeta la cebra, lo hará a mediados de este mes. Los operarios colocaban los primeros carteles en las paradas, dirigidos al peatón.