El ministro de Medio Ambiente, Miguel Ángel Arias Cañete volvió a emplear ayer el argumento de que los pantanos son necesarios para mitigar la sequía, y consideró que hay pocos, citando el ejemplo de Aragón, con una pertinaz sequía y sin que estén ejecutadas las obras del Pacto del Agua. Eso sí, obvió que los embalses que hay se encuentran a la mitad de su capacidad precisamente por la escasez de precipitaciones.

En una comparecencia en el Senado, el ministro expuso que lo primero que va a hacer como responsable de la cartera es delimitar las demarcaciones hidrográficas, "para ver si falta o sobra agua" y añadió que ya hay un mapa trazado en política de agua. En cuanto al Pacto Nacional del Agua, en el que pretende un amplio consenso con todas las comunidades autónomas, y en el que no se descartan los trasvases, indicó que no puede aprobarse "en tanto en cuanto estén cerradas las demarcaciones". Cañete vaticinó que esto no sucederá antes de finales de 2013 o principios de 2014.

En este sentido, aprovechó para criticar la anterior planificación hidrológica del gobierno socialista y la falta de ejecución en las obras hidráulicas, que consideró necesarias en épocas de sequía. En este sentido, puso el ejemplo de Aragón, e indicó que esta comunidad está sufriendo una grave sequía y sin embargo no tiene embalses para almacenar reservas. Sin embargo, la realidad desmonta por sí misma esta aseveración. Ayer el parte de embalses que hizo público la Confederación Hidrográfica del Ebro demuestra lo contrario. La media de los embalses era que estaban al 58% de su capacidad total, con unos 4.400 hectómetros cúbicos totales. Hace un año lo estaban al 82%.