El Gobierno de Zaragoza decidió que ayer era el momento de colarle un gol por la escuadra a quienes defendieron antes de las pasadas elecciones de mayo que era bueno para la ciudad entregar al Real Zaragoza una concesión administrativa a dedo para gestionar, explotar y mantener La Romareda durante los próximos 75 años. O, como defendió el responsable de Urbanismo del consistorio, Pablo Muñoz, "echar el balón al suelo" en un debate en el que Zaragoza en Común (ZeC), en campaña y tras los comicios, se ha posicionado claramente en contra. Así que, a través de un decreto, salió a la palestra para anunciar que el expediente se paraliza. Cuando todavía se encontraba en el periodo de exposición pública para recibir alegaciones, a solo 14 días de que este finalizara y pocos minutos después de comunicárselo al club, se cumplió la amenaza.

Muñoz defendió con insistencia que la decisión adoptada obedece a una necesidad de "no perder el control" sobre un equipamiento público "tan estructurante y capital" para el desarrollo de la ciudad como este estadio por un periodo tan largo como 75 años.

Además, explicó que en el camino ha habido novedades que conviene analizar. El responsable de Urbanismo y Sostenibilidad explicó que el Club Deportivo Ebro, recién ascendido a Segunda División B, "ha pedido usar La Romareda y lo estamos valorando". "Mientras el campo esté en manos del ayuntamiento podremos decidir, si perdemos el control, no", apostilló.

Así que, una vez dado el puñetazo encima de la mesa, Muñoz no ocultó que este expediente, tramitado en solo 15 días y justo un mes antes de la cita con las urnas, siempre ha tenido "sombras", en su opinión, y que ahora que ZeC está en el Gobierno municipal, invita a tomarse "un momento de diálogo y reflexión". Con dos consignas claras: las inversiones que necesita el estadio "no tendrá que suponer carga alguna para los presupuestos municipales" y la decisión que se adopte, sin marcarse ningún plazo, saldrá del consenso con la Federación de Fútbol, el club, todos los partidos políticos y la sociedad.

CON FUERZA

La primera premisa parte de la apuesta política de que "la emergencia social es la prioridad" y de que "no se va a destinar ni un euro de dinero público a esta cuestión", refiriéndose a una rehabilitación, remodelación o "deconstrucción" para un nuevo estadio que en el expediente ahora paralizado no se dejaba claro cómo se iba a financiar. En este sentido, Muñoz apostilló que "si se le cede al club durante 75 años, aunque se discutiera después, el ayuntamiento iría a esa negociación sin ninguna fuerza".

Ahora, en principio, la tendría. Y no ocultó el responsable de Urbanismo cuál es. Porque al club le recordó que la cesión a precario actual, por un periodo de diez años (finaliza en el 2023) y a coste cero por usarlo, es "revocable". "El Ebro también es un club de la ciudad y también tiene derecho a usarlo", añadió. Así que si este quiere utilizar el estadio, aunque solo fuera para sus partidos importantes, conviene llevarse bien, o si el Zaragoza tiene sus planes. O eso pareció decir el edil de ZeC. Atrás quedaba esa votación en el pleno en la que él, junto a sus dos compañeros de IU, se quedaron como los únicos tres votos en contra.

Ahora toca "analizar" todo, dijo. Todas las consecuencias de una posible concesión, otras fórmulas de gestión, y sobre todo "contar con la implicación y la opinión de los ciudadanos".