Todo parece indicar que noviembre será el último mes por el que AUZSA será penalizada con la sanción máxima en materia de puntualidad, al no tener validado el sistema por el cual los técnicos del área de Movilidad pueden controlar de manera efectiva el cumplimiento de las frecuencias de los autobuses urbanos de Zaragoza. En los 10 meses en los que el ayuntamiento ha aplicado esta sanción la empresa concesionaria ha aglutinado 1,1 millones de euros en las penalizaciones que iban sucediéndose mes a mes y que se detraen de las certificaciones que con esta periodicidad emite la empresa para cobrar al ayuntamiento por su servicio.

Ya desde el pasado mes de diciembre la herramienta de control que forma parte del Servicio de Ayuda a la Explotación (SAE) con el que cuenta la empresa ha empezado a mandar datos analizables por los técnicos del consistorio. Esto significa que a partir de ahora AUZSA en todo caso podría ser penalizada si se demuestra que no cumple con los indicadores de puntualidad que establece el pliego de condiciones con el que la empresa logró la concesión, pero no como hasta ahora con la penalización máxima de forma automática por no tener validado el sistema de información.

Lo cierto es que las penalizaciones no son en su totalidad por este hecho, sino que se aplican según los indicadores incumplidos --mantenimiento, averías...--, aunque sí suponen el 70% del total. Las penalizaciones a AUZSA comenzaron en febrero y se han prolongado hasta el pasado mes de noviembre, con cuantías que oscilan entre los 94.000 y los 131.000 euros.