Cuatro integrantes de una activa red de estafadores con el método de estafa conocido como phishing bancario admitieron ayer ante la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Zaragoza haber estafado unos 37.000 euros a alrededor de 180 personas, y pactaron penas de entre un año y un año y medio de prisión por ello.

Las condenas se suman en algunos casos a las que ya les impuso la Audiencia Nacional por el mismo delito, pero con distintas víctimas y cantidades (en aquel caso fueron 670.000 euros). De hecho, las penas de ayer llegaron reducidas por el tiempo transcurrido en el proceso judicial, entre otras cosas para decidir si el tribunal madrileño tenía que hacerse cargo también de este asunto. La de ayer era la cuarta convocatoria del juicio, y aun así dos de los acusados no comparecieron, y al supuesto cerebro de la trama, Sergio S., nunca se le ha localizado.

El sistema, según admitieron ayer los condenados con su conformidad, lo ideó él, que tenía conocimientos informáticos. Tras comprar clandestinamente en la red listas de correos electrónicos, elaboró envíos masivos de correo, bien simulando ser webs bancarias o con enlaces para descargar virus, y así obtuvo cuentas, contraseñas y demás datos necesarios para manejar los ahorros.

Con este control, Sergio S. extraía pequeñas cantidades de dinero de muchas cuentas y, entre el 2004 y el 2008, las usaba principalmente para efectuar apuestas deportivas por internet, o bien las movía a través de páginas de envío de dinero.

Las ganancias las ingresaba en cuentas de familiares y conocidos que de esta forma colaboraban en el blanqueo, como fueron los que ayer aceptaron la pena: Cristian Melián (el único que acudió a la vista, el resto comparecieron por videoconferencia); su por entonces novia, Guacimara Suárez; la tía del primero, Teresa Melián y el primo de Sergio, Fernando Baires. Otro acusado, Mikel M. R. está en paradero desconocido y otro acusado, Antonio G. L., no acudió, pero fue juzgado igualmente en ausencia (está permitido, ya que solo piden un año de cárcel para él), utilizando sus declaraciones grabadas.

Porque este juicio en realidad ya se celebró el año pasado, pero fue anulado al haber participado uno de los magistrados en la instrucción. Y antes había sido suspendido otras dos veces. La primera, en el 2014, cuando se planteó la cuestión de competencia de si la causa debía ser acumulada a la de la Audiencia Nacional. Resuelta esta, a la sesión fijada para el 2016 acudió el acusado Mikel M. R. (ayer no lo hizo), a quien no se había localizado hasta entonces, y hubo que devolverlo al juzgado instructor para que declarase. Ante todo esto, el fiscal tuvo que aplicar la atenuante de dilaciones indebidas y rebajar las penas.