La Audiencia Provincial de Zaragoza ha condenado a nueve años de prisión a Pedro Lostal, el hombre que hace una semana fue juzgado en la capital aragonesa por infectar el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) a su entonces pareja sentimental.

Los magistrados de la Sección Primera de este tribunal no han tenido ninguna duda de que este hombre es autor de un delito de lesiones y que su actuación fue claramente dolosa, es decir, que tenía intención de contagiarles puesto que podía haberlo evitado de dos formas: usando el preservativo y haciéndole saber a su novia que era portador del virus. De esta forma, según el tribunal, la responsabilidad de ser infectada hubiese recaído en la víctima. No fue el caso, ya que, tal y como señaló la propia denunciante, esta se enteró de que Pedro Lostal era portador y que ella había desarrollado el sida cuando fue a donar sangre al Banco de Sangre y Tejidos de Zaragoza.

Este hombre, según afirmó la mujer, le reconoció que tenía el VIH, que se lo había transmitido su anterior mujer, pero que no pensaba que podía afectarle a ella porque «no estaba enfermo». Y es que Pedro Lostal insistió a lo largo de su defensa en que él «nunca se consideró una persona afectada». «Nunca tomé medicación, ni me hicieron ninguna advertendia», apuntó.

IGNORANTE

De hecho, Pedro Lostal intentó definirse ante los magistrados como una persona «ignorante» y «sin estudios» en un intento de hacer ver que no había dolo en su acción. Una argumentación que no se ha creído la Audiencia Provincial de Zaragoza. Es más, destacan, al igual que hizo el fiscal Javier Checa y la abogada de la víctima, Marina Ortiz, que hoy en día hay suficientes campañas como para saber las precauciones que hay que tomar en relaciones sexuales de riesgos. Es por ello que el tribunal le impone no solo la pena privativa de libertad, sino también el pago de una indemnización de 200.000 euros, cifra que solicitó su ya expareja no solo por las consecuencias del sida, sino porque, por ejemplo, en el país del que es originaria existe una gran estigmatización sobre esta enfermadad, hasta el punto que, según apuntó, se delimitan las ofertas laborales a estas personas. Como hechos probados se considera que Pedro Lostal era conocedor desde el año 2009 que era portador del VIH. Cuando llevaba seis meses viviendo con esta mujer, a la que conoció a través de un portal web para encontrar pareja, ella se enteró que había sido contagiada y que había desarrollado el sida. Antes de conocerle se había sometido voluntariamente a una prueba que le había dado negativa.

En Aragón, más del 35% de los pacientes con VIH se diagnostican y acceden tarde al tratamiento. «Esto significa que mucha gente no se hace la prueba antes de aparecer lo síntomas», según Omsida.