La Audiencia Provincial de Zaragoza ha ratificado la condena a Rosendo Santiago Torres por las dos brutales palizas que propinó a su pareja, en el domicilio de Utebo que ambos compartían. Los magistrados de la Sección Primera han rechazado el recurso contra la pena de 3 años y 10 meses que le imputó el juez por delitos de lesiones y coacciones, al considerar que la sentencia está perfectamente fundamentada.

Según declaró probado el juzgado, y mantiene la Audiencia, Santiago, a finales de junio del 2015, zanjó una discusión con su pareja tirándola al suelo y pisándole la cabeza contra el mismo, además de darle puñetazos y patadas en la espalda y las piernas.

La mujer fue al médico explicando que se había caído por las escaleras con una bicicleta y acabó requiriendo una intervención quirúrgica por la fractura, para colocarle una implante.

Esto no fue obstáculo para que su pareja, que ya tenía antecedentes por violencia de género antes de la primera agresión, reincidiera en noviembre. Tras una nueva discusión iniciada por una llamada de un familiar suyo, le dijo a la víctima: «Mi hermano será un mierda, pero tú una puta y una asquerosa que no vales para nada». Y volvió a golpearla.

A tirones de pelo y empujones la llevó del dormitorio al salón, y allí volvió a tirarla al suelo y golpearle en la cabeza, pese a que ella le rogara que no lo hiciera, por la placa. «Ves lo que me haces hacer», «que te mato» o «quieres que te mate, me da igual que me denuncies», le decía mientras la golpeaba.

No contento con ello, tras la agresión, le hizo recoger el desorden producido en el salón durante la paliza, tirándole del pelo y cogiéndole la nuca al grito de «recoge todo esto, no quiero ver nada». Y la obligó a estar con él en el sofá, pese a sus visitas al baño a vomitar, sin permitir que se fuera a la cama hasta que él mismo se quedó dormido.

La mujer le denunció al día siguiente y, al ser atendida luego, la trabajadora social del Ayuntamiento de Utebo gestionó para ella un GPS, ante la extrema gravedad del caso. Fue derivada a la psicóloga del Instituto Aragonés de la Mujer, que ante el caso informó al juzgado.

En prisión

El hombre había sido detenido tras la segunda agresión y está en prisión desde entonces, y los magistrados de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Zaragoza han decidido que así siga.

Como hiciera el juez, los magistrados ven plenamente creíble a la víctima, asistida por el letrado Carlos Vela, que además no reclama ninguna indemnización por estos hechos. El testimonio de la trabajadora social y la psicóloga fueron claves para la condena, al coincidir ambas en que era uno de los casos más graves que habían visto en sus carreras profesionales.

Además de la pena de cárcel, Santiago acumula ocho años de orden de alejamiento respecto a su expareja y su domicilio, del que debe permanecer a más de un kilómetro y sin comunicarse con ella. El juez decretó asimismo que se denegara la posibilidad de suspender en cualquier momento el cumplimiento de la condena.