La Audiencia de Teruel ha condenado a un empresario de origen chino a un año de prisión por explotar laboralmente a cinco personas de su misma nacionalidad, a las que hizo trabajar de albañiles para unas obras en un bazar ubicado en el polígono La Paz de la capital turolense.

El acusado, de 37 años y residente en Madrid, ofreció contratos a tiempo parcial a cuatro de sus víctimas e hizo trabajar de forma clandestina a la quinta, sobre la que pesaba en esos momentos, en junio de 2015, una orden de expulsión del país.

El tribunal considera que el encausado se aprovechó del desconocimiento de sus trabajadores del idioma español y de la normativa laboral en vigor en el país para someterles a un régimen que suponía la práctica privación de sus derechos laborales. Destacan que el acusado tuvo trabajando a sus compatriotas a jornada completa, lo que le permitió evitar el pago de sueldos y de cotizaciones mayores, y les hizo vivir en un habitáculo dentro de la obra, en el que comían y dormían «en unas penosas condiciones de higiene y salubridad».

La inspección de trabajo de la DGA detectó la situación y multó al empresario con 48.576 euros, y la subdelegación del Gobierno en Teruel con otros 10.308 euros, pero no le libra de la prisión.