El Juzgado de Primera Instancia nº 3 de Teruel ha condenado a 10 diez días de localización permanente a un hombre por un delito de injurias leves a su exmujer, que renunció durante la vista a la aplicación de una orden de alejamiento respecto a su expareja.

La sentencia relata que una tarde del pasado mes de septiembre, el denunciado se encontró con su exmujer y le gritó de forma violenta que era "una puta" y que sabía que mientras estaban casados "subía a hombres" a la casa familiar y se encontraba con "botellas de vino tiradas".

El denunciado aseguró en la vista que ese día no se había tomado los "medicamentos" que tiene prescritos y que su comportamiento alterado "lo pagó" su exposa.

En sus fundamentos jurídicos, el juez tipifica los hechos como un presunto delito de violencia doméstica en su modalidad de injurias leves y se limita a imponer una condena de diez días de localización permanente, al rechazar la denunciante una orden de alejamiento.