Gabriel A. B., el joven que fue detenido el pasado 25 de febrero por conducir 15 kilómetros en dirección contraria por la autovía A-2 en las inmediaciones de Alfajarín, ha sido condenado a tres años de prisión por conducción temeraria agravada y negativa a someterse a un control de alcoholemia. La condena lleva aparejada una multa de 2.160 euros y la retirada durante ocho años y un día del carnet de conducir. Lo que en su caso es especialmente relevante, ya que era camionero.

La condena no incluye indemnización porque no llegó a haber heridos, pero el delito por el que le condenan es de conducción termeraria «con manifiesto desprecio a la vida de los demás». Esto es lo que apuntaron los agentes de la Guardia Civil que participaron en su persecución y detención, que se temieron «lo peor» al conducir en dirección contraria y a gran velocidad por una autovía que, pese a ser de madrugada, presentaba un considerable tráfico de vehículos pesados en sentido a Zaragoza.

Los agentes, que habían cortado el sentido contrario para un control de alcoholemia en la rotonda de Rausán, observaron pasar a un coche, creyendo que se había saltado los conos. Lo que ocurría es que iba por los otros dos carriles de circulación.

Comenzó así una persecución hacia Fraga en la que el ahora condenado iba «acelerando, frenando y apagando las luces» para tratar de despistarles, según los agentes. Consiguió darles esquinazo y entrar en la autopista, pero dio la vuelta y volvió a ser perseguido hasta que le dieron el alto, de nuevo en Alfajarín. Allí se negó a practicar el control de alcoholemia.

El joven, vecino de Pedrola y representado por Javier López Loshuertos, dijo en el juicio que quería «pasar a Fraga, a la discoteca», iba visiblemente ebrio y en el juicio reconoció que había bebido mucho (no se acordaba de nada del incidente), se negó de malos modos, diciendo que le daba igual la sanción, que ya trabajaría en Polonia o Rusia.