Un conductor causó ayer un aparatoso accidente de tranvía al obrar con buen propósito pero poca atención. El hombre, al que la Policía Local de Zaragoza identificó como J. D. L. R., de 61 años, se saltó un semáforo en rojo en la intersección de avenida Goya y Gran Vía, para abrir paso a un camión de bomberos que iba a atender una de las numerosas incidencias surgidas ayer. Pero causó una mayor, ya que no se percató de que llegaba un tranvía por la vía que acababa de invadir, y se lo llevó por delante. Él salió ileso, pero el descarrilamiento -el quinto en lo que lleva en marcha este servicio público- de dos de los vagones dejó dos pasajeros heridos leves y cortó el servicio durante casi dos horas.

El incidente tuvo lugar en torno a las 14.15 horas, según fuentes municipales. El turismo invadió la plataforma del tranvía, y al parecer, por la posición en que quedaron los vehículos, el choque con el tranvía, por el lado del pasajero, atrapó al coche entre el convoy y el bordillo que hay en la intersección, donde termina Gran Vía y comienza Fernando el Católico. «Si llega a ir alguien de copiloto, no sé si lo cuenta», explicaba Sandra, una de las pasajeras del tranvía, al detallar la mecánica del accidente. Estaba esperando un taxi para acompañar a otra amiga suya, para ir al hospital ante un posible latigazo cervical.

El arrastre del coche provocó que dos de los vagones se salieran de la vía por el lado derecho. Pese al «susto» de los pasajeros, solo dos tuvieron que ser atendidos por los Bomberos de Zaragoza que, según explicó el subjefe de intervención, Germán Bayón, acudieron tras recibir el aviso.

El servicio fue interrumpido y la Policía Local reguló el tráfico en la zona, ralentizado por el propio accidente y por la curiosidad de muchos conductores, que frenaban la marcha para echar un vistazo al siniestro. Alrededor de los precintos policiales se arremolinaban también buena cantidad de curiosos.

DOS HORAS

Los técnicos y las grúas estuvieron trabajando unas dos horas hasta que el servicio se restableció. Mientras, el tranvía funcionó en bucles entre las paradas de Mago de Oz y Romareda y entre Gran Vía y Academia General Militar, con un servicio de bus alternativo entre Romareda y Gran Vía; para volver a colocar el convoy hubo que cortar la corriente de la catenaria, y se ampliaron hasta Parque Goya-Plaza España en la parte norte del recorrido. Aunque fue el siniestro más llamativo de ayer, no fue el que más lesionados dejó. Cerca de las 9.00 horas, una conductora irrumpió en el carril derecho de Conde Aranda, causando un frenazo brusco de bus que dejó 10 heridos leves.