Para ser conductor de primera en España, los ciudadanos de determinadas naciones ni siquiera tienen que examinarse. Basta con que sus estados tengan un convenio con su nueva patria para que obtengan la licencia de conducir de forma automática, canjeando la de su lugar de origen por la que está vigente en nuestro país. Los beneficiarios de esta tómbola son los inmigrantes de países suramericanos --entre ellos Ecuador y Colombia--, Argelia, Marruecos y algunos estados europeos.

Este sistema de canje automático entraña graves riesgos para la seguridad vial que han sido denunciados por la Confederación Nacional de Autoescuelas de España (CNAE). "Los inmigrantes se ven implicados en el 10% de los accidentes que se registran en España y suponen el 30% de las víctimas de la carretera", apunta Carlos Bricio, representante de la CNAE en Aragón. "La situación es realmente preocupante desde el punto de vista de la seguridad vial".

En los últimos siete años, del 2002 al 2008, en España se han convalidado de este modo cerca de 200.000 permisos, 37.000 de ellos en la comunidad aragonesa.

Permisos fraudulentos

Pero el canje, pese a su plena legalidad, no garantiza que el conductor que lo obtiene sepa conducir conforme a las reglas de circulación de España. "A menudo, los carnets de los países hispanoamericanos no requieren superar un curso y aprobar un examen, como aquí, sino que sus titulares los compran directamente", señala Bricio, que preside además la Asociación de Autoescuelas de Zaragoza.

Por este motivo, los centros de enseñanza para conductores apenas tienen alumnos de los países de donde procede la mayoría de los inmigrantes asentados en España. Lo único que se les exige es un trámite burocrático consistente en asistir a un curso de adaptación, de unas 30 horas, que termina con la concesión de la licencia sin necesidad de aprobar un examen.

"Lo peor", denuncia Bricio, "es que existen fundadas sospechas de que muchos de los carnets expedidos en países del Magreb y de América se han conseguido de forma fraudulenta". Es más, lo normal es que cuando los colombianos residentes en España necesitan el carnet de conducir lo encarguen a sus parientes en América, los cuales se lo envían por correo. Eso es todo. Cuando lo reciben, ya pueden salir a la carretera con todas las de la ley.

Claro que esa falta de formación de algunos inmigrantes se nota en su forma de comportarse al volante. A menudo, desconocen el significado de algunas señales, como las de ceda el paso, y tienen tendencia a circular por el carril más a la izquierda en autovías y autopistas. Con el tiempo, evidentemente, aprenden a manejar con soltura el automóvil. Pero su aprendizaje se hace creando un gran riesgo de accidente al resto de usuarios.

La cuestión es que los convenios bilaterales de canje de carnets, firmados a lo largo de los últimos años, han vaciado las autoescuelas. Para la CNAE, esos acuerdos obvian las necesidades de formación y ponen en peligro las estadísticas descendentes de siniestralidad en España.

Por este motivo, la CNAE mantuvo recientemente un congreso en Quito (Ecuador) en el que participaron centros de enseñanza de conducción de países hispanoamericanos y Brasil. En el encuentro, la CNAE acordó que impulsará medidas para extender por lo países afectados el sistema de enseñanza aplicado en España, De esta forma, ningún conductor que circule por nuestros país habrá obtenido el carnet en una rifa.