La tensión laboral que mantiene en pie de guerra a los empleados del transporte sanitario no urgente en Aragón radica en el convenio laboral. Sin embargo, este conflicto tiene como telón de fondo al paciente, que podría verse afectado en caso de paros si no se llega a un acuerdo con la empresa.

Y es que estos trabajadores de las ambulaciones cubren una red de asistencia sanitaria que llega a todos los rincones de la comunidad. El problema radica, según ellos denuncian, en que la empresa Nuevos Transportes Sanitarios de Aragón (NTSA) -—UTE formada por TSC y Amberne— «ha dejado de aplicar al 100% el convenio antes de que se cumpla un año de su firma» (esta fue en mayor del 2016). Ayer, un grupo de empleados protestó a las puertas del Salud para pedir «responsabilidad» a la Administración, a quien considera «culpable» por ser «subsidiaria de conceder el concurso a una empresa que no actúa conforme a la legalidad», explicó a este diario Eugenio Novella, secretario de organización de la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo de UGT Aragón.

Novella apuntó que la argumentación que les dan desde la empresa NTS, con quien mantuvieron ayer una reunión, es que «el 2016 se cerró con pérdidas y en el 2017 se prevén más». Ese es el motivo por el cual no quieren seguir con el convenio. «Y la forma de compensar es no aplicar el incremento de subida salarial del 2% previsto para el 2017 y el 2018», dijo Novella.

Así, los empleados no descartan paros en el transporte no urgente. «Estamos a la expectativa. Si no cambian de actitud, habrá movilización». En ese caso, pacientes que necesiten un traslado para hacer rehabilitación, diálisis o radioterapia se verán afectados. Por parte, empleados de Ambuibérica (transporte sanitario urgente) apoyan a sus colegas de sector. «Nosotros tenemos que cubrir unos servicios mínimos siempre, con pacientes graves, pero se puede afectar al usuario, porque si nosotros también hacemos paros puede ser que algún vehículo llegue a salir en ruta», contó Juan Antonio Busqueta, delegado de Ambuibérica UTE en Huesca. «Sufrimos precariedad de personal, material y modernización de vehículos», señaló.

Fuentes de Sanidad dijeron que «solo puede comprobar que se cumplan las preinscripciones del contrato. Es un conflicto entre empleados y empresa».