El Ayuntamiento de Zaragoza ha sacado a licitación la compra de 57 vehículos, de los que 39 serán eléctricos y dos híbridos, lo que representa un 72 % de la renovación de la nueva flota municipal. El coste de esta «apuesta» ascenderá a 1,5 millones de euros. Se cumple así con una de las promesas del alcalde en el debate del estado de la ciudad.

El consistorio anunció ayer, a través de una nota de prensa, la puesta en marcha de este plan de renovación de la flota por una más sostenible y cuidadosa con el medio ambiente. Todavía está pendiente ese proyecto de proporcionar bicicletas a los funcionarios para que puedan trasladarse por la ciudad de un edificio a otro. De esto, nada se sabe.

Según informaron ayer, la compra se llevará a cabo mediante una partida plurianual aprobada en los presupuestos de 1.500.000 euros, a razón de 100.000 euros para el 2017 y 700.000, para el 2018 y el 2019, respectivamente.

«La movilidad eléctrica tiene que ser una de las tres soluciones que necesitan las ciudades para avanzar hacia la sostenibilidad, junto con la potenciación de los desplazamientos peatonales y ciclistas y con que la energía que consuman sea de origen renovable», declaró la concejala de Medio Ambiente y Movilidad, Teresa Artigas.

Según informarón, está previsto adquirir 20 nuevos coches eléctricos y 19 furgonetas a lo largo de los tres años, vehículos en los que se ha tenido en cuenta que sus prestaciones «garanticen la eficacia para las tareas municipales, en especial por su potencia y autonomía», añadió.

La renovación de la flota incluye también dos vehículos todoterreno híbridos, que combinan el motor tradicional con el eléctrico de baterías.

Según Artigas, se trata de «una novedad muy importante y una apuesta inequívoca del Gobierno de la ciudad por este tipo de movilidad».

Si se cumplen con las previsiones, los cuatro primeros coches eléctricos serán entregados a finales de este año.

OTRAS MEDIDAS/ No es la primera medida que toma el Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) en cuanto a sostenibilidad.

Uno de los objetivos del consistorio pasa por reducir al máximo en número de vehículos privados que circulen por el centro de la ciudad. Para ello, está tratando de expular a los coches de sus calles con la proliferación de los carriles bici y la reducción de los de circulación. Por ejemplo, es lo que se ha hecho en el paseo Constitución, en el que, tras la implantación de la red ciclable -muy polémica-, se dejaron dos carriles de circulación, uno de ellos destinado exclusivamente a autobuses o taxis. Lo mismo ha sucedido en Conde Aranda, donde se ha ampliado el tramo destinado al transporte urbano desde César Augusto.

La consecuencia de estas y otras medidas ha sido que la reducción de coches circulando por el centro ha sido de un 20%. El cómputo global de la ciudad se queda en un 1%.

Por ejemplo, el paseo Constitución -última reforma integral- registra unos 3.000 vehículos menos los que desemboquen en la plaza Paraíso. Solo un año ha transcurrido entre los 14.255 de media diaria registrados en el 2015 y los 11.150 que contempla el balance de aforos del 2016 recién terminado por los técnicos de Movilidad de Zaragoza. Un 21,8% de descenso.