El Ayuntamiento de Tarazona ha abonado en torno a 2.000 euros por un toro que fue abatido en septiembre del 2017 y que procedía del encierro de la vecina localidad de Novallas.

El alcalde de Tarazona, Luis María Beamonte, señaló ayer en la Cadena Ser que se dio muerte al astado al creer que había entrado en el término municipal y que había riesgo para la población.

Sin embargo, según explicó el regidor, posteriormente se comprobó que, cuando fue abatido, el animal se hallaba en el término de Novallas.

Empleados municipales de Tarazona alertaron de la presencia del animal cerca del casco urbano y avisaron a la Guardia Civil. Se localizó a un cazador con licencia y este disparó al toro para matarlo.

El astado se había escapado tres días antes, junto con otros tres ejemplares, del encierro que se estaba celebrando por las calles de Novallas, pueblo que se halla a escasa distancia de Tarazona. Estos últimos fueron localizados tiempo después y fueron adormecidos con inyecciones.