La Muela ha heredado del auge de la construcción que vivió hasta la llegada de la crisis económica un importante patrimonio inmobiliario de propiedad municipal. Posee un gran auditorio, una moderna plaza de toros, varios centros deportivos y museos, casas desperdigadas por el casco antiguo y distintas zonas verdes.

El problema es que los parques y los edificios requieren un continuo mantenimiento para evitar su deterioro. Además, si no se utilizan o apenas se frecuentan, es difícil que resulten rentables. Estos últimos años, la pesada deuda que soportan las arcas públicas, que podría rondar los 17 millones de euros, ha favorecido el progresivo cierre de algunas de estas instalaciones, una situación a la que la actual corporación, encabezada por Adrián Tello, de CHA, ha decidido poner fin.

En esta línea, su formación, apoyada por el PSOE, Ganar La Muela y, fuera del equipo de gobierno, por el PAR, aprobó en el último pleno municipal una iniciativa para poner en valor las propiedades inmobiliarias. Todas ellas, casi sin excepción, son herencia de la etapa de Mariví Pinilla, que dejó la política local envuelta en un escándalo de corrupción urbanística.

El objetivo es dar un uso a los edificios que evite su degradación y que genere ingresos para la localidad. Los principales beneficiarios serán los propios vecinos, pero se ha habilitado también un sistema de alquiler.

Así, está previsto que las cuatro hectáreas del parque de la Jupe (que fue un zoológico con aves exóticas y otras especies) se dediquen esporádicamente a actividades como el paintball con una munición que no ensucie ni estropee la vegetación. Todo ello sin merma de su uso público gratuito.

La plaza de toros, que ha estado cerrada cuatro años, se ha limpiado a fondo de los excrementos de paloma que la cubrían y ahora está disponible para distintos espectáculos taurinos y actos sociales, por un precio de 600 euros al día.

El centro deportivo, que costó 20 millones y ocupa 22.000 metros cuadrados, llegó a estar cerrado un año por su elevado coste de mantenimiento. Pasada esa etapa, se reabrieron todas sus instalaciones, salvo la piscina climatizada, que no resulta rentable. "Se construyó en la época del boom de la construcción, cuando se creía que La Muela crecería hasta los 15.000 o 20.000 habitantes", explica Carlos Rodrigo, portavoz del PAR en el consistorio, que precisa que la población, tras varios altibajos, se ha quedado en unos 5.000 vecinos. "Todo se hizo sobredimensionado y ahora tenemos que mantenerlo, de ahí que, poco a poco, se intente dar contenido a las infraestructuras", añade el edil.

Dentro de la política de aprovechamiento de los recursos, parte de la zona cubierta del polideportivo acoge desde este curso una sección del IES de Épila. Pero la infraestructura de mayor capacidad es el auditorio, que costó tres millones y está infrautilizado. La corporación ha decidido alquilarlo y, de hecho, hace poco, una empresa dedicada a la organización de muestras contrató el espacio para celebrar la Feria Comercial y de Servicios de La Muela en septiembre. "Forma parte de un legado increíble, y lo que cuenta es obtener rendimiento social en la medida de lo posible", subraya Lucio de la Cruz, concejal del PAR.