Los niveles de contaminación del aire en Zaragoza registrados en el último año siguen siendo inferiores al límite establecido por la Unión Europea y se sitúan muy cerca de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud.

Así lo recoge el informe de calidad del aire en Zaragoza de 2014, que ha sido presentado hoy por la concejala delegada de Medio Ambiente y Movilidad, Teresa Artigas, y el director de la Agencia de Medio Ambiente y Sostenibilidad, Javier Celma, quien ha destacado que hay que "atacar" las causas que producen la contaminación y recuperar las energías renovables con el objetivo de aumentarlas en un 20 por ciento antes de 2020.

La concejala ha asegurado que los datos son "positivos", ya que el consumo energético se ha reducido desde 2008 hasta la actualidad y que, además, ese descenso ha alcanzado el 10,3 % entre 2005 y 2014.

También Celma ha advertido del aumento de la temperatura de la ciudad, que durante 2013 y 2014 ha sido de dos grados, y para combatirlo ha mencionado la Estrategia para la Mitigación del Cambio Climático y la Calidad del Aire de Zaragoza (ECAZ) que ha obtenido resultados "bastante buenos".

A finales de 2014, las emisiones directas de CO2 en Zaragoza estaban en un 20 % y se espera que en 2015 los datos se sitúen en un 25 %, ha explicado Celma.

Esto refleja que "Zaragoza está cumpliendo con los compromisos adquiridos con la Unión Europea", que también se dan en la calidad del aire, que mantiene una tendencia "baja o estacionaria" y que, por tanto, se han conseguido estabilizar los niveles de contaminación, ha destacado el director de la Agencia de Medio Ambiente.

Celma ha insistido en que una de las preocupaciones de este año ha sido la radiación solar que supone la contaminación por ozono, aunque en Zaragoza se ha mantenido en "niveles aceptables", a diferencia del resto de España.

"Zaragoza va adaptando poco a poco su modelo de ciudad", ha destacado Celma, con iniciativas como el carril bici, los cercanías, la imposición de límites para vehículos propios o la implantación del tranvía y ha destacado que hay que seguir trabajando porque aunque hay que estar "satisfechos", también hay que estar "vigilantes" para que los datos de contaminación no se eleven.